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De las mil formas de ganar......Al crédito en la derrota

  • El Barcelona demostró que es capaz de imponerse tanto a través de un fútbol brillante como por la vía de la efectividadPellegrini vive la paradoja del fútbol, pues el chileno, criticado cuando vence, obtiene más reconocimiento al perder

Una paradoja más del fútbol: un entrenador criticado en la victoria obtiene su mayor reconocimiento en la derrota. Así sucede con el chileno Manuel Pellegrini, técnico del Real Madrid, quien recuperó parte del prestigio perdido a pesar de caer en el clásico ante el Barcelona.

Pellegrini está viviendo una temporada estresante. No goza del favor de la prensa, que se muestra inmisericorde con el chileno, y cada cita es un examen permanente. El clásico se planteaba como una evaluación más -aunque gigante- de su aptitud.

Pero quién iba a pensar que el chileno encontraría el mayor reconocimiento tras una derrota ante el gran enemigo y la pérdida del liderato de la Liga. Pues eso mismo es lo que ayer le sucedía tras caer el domingo por 1-0 ante el Barcelona en un magnífico, por lo igualado, clásico.

Durante toda la semana se habló de una posible goleada del Barcelona, a juzgar por la buena imagen que había dejado el equipo azulgrana en los últimos encuentros y las malas sensaciones transmitidas por el Real Madrid. En Barcelona sonaban tambores de guerra desde días atrás. Pero el equipo blanco se reivindicó, especialmente en la primera parte, en la que propuso un plan definido de juego, tuvo ocasiones y hasta desconcertó al conjunto local en varias fases del partido. Aunque la historia dirá que se fue con las manos vacías del Camp Nou.

La prensa se mostró ayer conforme con el planteamiento táctico de Pellegrini, quizá por primera vez en toda la temporada. "Sabor a victoria", titulaba Marca, seguramente el diario deportivo más crítico con el trabajo del entrenador chileno.

"El Madrid, sólido y bien pensado, llegó a ser mejor que el Barca en alguna fase de la primera parte, en la que llegó a enseñorearse del campo, y en la que siempre redujo los espacios y la alegría de jugar al Barça", opinaba As.

Hasta la prensa de Barcelona destacaba los méritos del Real Madrid que se vio en el Camp Nou. "Vimos a un gran Madrid, jugando muy serio, con un derroche físico espectacular y un contraataque tan rápido como peligroso", explicaba Sport.

Ahora el Real Madrid marcha segundo en la Liga, a dos puntos del Barcelona, mientras ocupa el liderato de su grupo en la Liga de Campeones europea.

Sus hinchas sueñan con que lo visto en el Camp Nou -un plan, juego solidario, verticalidad, defensa adelantada- no se quede en anécdota y el Real Madrid alcance la regularidad que le viene faltando durante toda la campaña.

Aunque los detractores de Pellegrini aprovechan para recordar que el Real Madrid todavía no ganó a ninguno de los equipos importantes a los que se enfrentó esta campaña. Perdió por 2-1 ante el Sevilla y cayó el domingo en el clásico en la Liga (1-0). Y en Europa jugó dos partidos ante el Milan para perder uno (2-3) y empatar otro (1-1).

Los directivos blancos esperan que la prensa conceda una tregua a Pellegrini. "Esto servirá para que no nos castiguen tanto", declaró Jorge Valdano, director general del club, en relación a las críticas de la prensa.

Pero el fútbol no suele ofrecer treguas duraderas. Pellegrini sabe que todo depende del resultado (y el juego) del próximo partido. Ésos son los tiempos en los que se manejan los juicios en el deporte rey.

O deslumbrando con un fútbol primoroso contra el Inter o apelando al orgullo y al talento individual ante el Real Madrid. El Barcelona conoce todos los caminos a la victoria, un concepto que ha hecho suyo en un 2009 al que apenas le queda un último escalón para ser memorable.

El equipo azulgrana concluyó una semana que se anunciaba angustiosa y que terminó siendo profundamente alentadora para sus intereses. Enderezó su rumbo en la Liga de Campeones al superar al Inter de Milán por 2-0 y el domingo recuperó el liderato de la Liga al vencer al Real Madrid por 1-0.

El Barcelona deslumbró el pasado martes en el duelo ante el Inter, que claudicó ante la máquina de crear fútbol que fue su rival. El equipo azulgrana, liderado por Xavi e Iniesta, fue el mismo que la pasada temporada conquistó el histórico triplete (Liga, Copa del Rey y Liga de Campeones).

Pero ante el Real Madrid se situó en un escenario totalmente diferente. El equipo blanco incluso le desconcertó al ubicar su línea defensiva muy arriba, robando rápidamente el balón y desplegando contraataques vertiginosos.

El Barcelona se sostuvo en la primera parte principalmente gracias a la aportación de su defensa, incluyendo al guardameta Víctor Valdés y los centrales internacionales Puyol y Piqué.

"Parece que tenga 20 años", dijo el entrenador azulgrana, Josep Guardiola, sobre su capitán, pese a que Puyol cuenta ya con 31.

En cualquier caso, cuando la maquinaria azulgrana se atasca, siempre le queda el recurso del talento individual y esta vez fue el sueco Zlatan Ibrahimovic quien rescató a su equipo con un gol de calidad en una jugada aislada.

"Yo tenía una teoría: Liga igualada, Liga para el Madrid", explicó Xavi Hernández en una reciente entrevista con el diario El País, en la que elogiaba el carácter competitivo de su gran rival. "Afortunadamente, Guardiola nos ha inculcado otra idea".

El Barcelona supo el domingo también agarrarse a la épica al tener que defender el resultado con diez jugadores durante media hora por la expulsión de Sergio Busquets. El conjunto catalán comenzó incluso a jugar mejor desde la urgencia.

Iniesta bajó al centro del campo y comenzó a asociarse con sus compañeros para retener el balón. El equipo azulgrana se defendió con la posesión de la pelota, la mejor forma de guardar una renta.

También apeló al orgullo y al coraje, a unas ansias de ganar que parecen ilimitadas, algo especialmente valorable en un equipo que lo ha conquistado todo desde mayo. Es la primera vez desde 1998 que el equipo barcelonista encadena tres victorias seguidas en Liga ante el Real Madrid.

El Barcelona afronta en la mejor disposición posible un final de año enormemente exigente. Su gran estrella, el argentino Lionel Messi, recibirá hoy con casi toda probabilidad el Balón de Oro, trofeo que le acredita como mejor jugador del año, mientras se prevé que Xavi sea premiado con el Balón de Bronce.

Entre reconocimientos individuales, el equipo deberá defender el liderato de la Liga y definir su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones en su duelo ante el Dinamo de Kiev.

Después hará las maletas para jugar en Abu Dhabi el Mundial de Clubes, el único trofeo importante que la entidad no tiene en sus vitrinas después de 110 años de historia. Si lo logra, habrá cerrado un año incomparable con seis trofeos, incluyendo también la Supercopa de España y la Supercopa de Europa, sus primeras conquistas de la actual temporada.

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