El horizonte se nubla para los albiazules. Una derrota más del filial recreativista que reduce el margen de error de los onubenses en su lucha por la permanencia. Quedan ocho jornadas (nueve para el Atlético Onubense por su partido aplazado). Ceuta no era un rival precisamente propicio para puntuar, pero la necesidad obliga a afrontar los duelos sin mirar el nombre ni la clasificación del oponente.

El Ceuta hizo valer su poderío y también su saber estar ante un filial recreativista que peleó hasta la extenuación, pero al que las fuerzas no le dieron para más. El primero en golpear fue el conjunto local a los diez minutos. Fue un aviso que el Ceuta interpretó para reaccionar e imprimir un ritmo mayor al choque.

Al borde del cuarto de hora ya mandaba el Ceuta en el partido, aunque sin claras ocasiones de gol. La más próxima fue en el 40 cuando Camps remató de cabeza al larguero de la meta defendida por Vichi. Ya rondaba el tanto caballa. Casi al límite de la primera mitad lo consiguió Willy con un lanzamiento de falta indirecto.

Con el marcador en contra le tocó a Jesús Vázquez exponer. Necesitaba un gol al menos para puntuar y sacar algo positivo. Todos los puntos ayudan a salir de ahí abajo ante rivales de otra liga. El Ceuta optó entonces por dejar hacer a su rival para controlar el choque a la espera de una oportunidad con la que sentenciar. Pese a los riesgos que corrió el Atlético Onubense las ocasiones más claras fueron caballas. No quedaba más opción que arriesgar más todavía. La derrota ya estaba en el marcador y daba lo mismo por uno que por dos goles. Así Jesús Vázquez adelantó más a su equipo, concediendo algunos espacios atrás. Vichi intervino con acierto en alguna ocasión hasta que con el tiempo cumplido Zafra hizo el tanto que cerró la cuenta para los ceutíes.

El filial recreativista sabe que su margen de error se reduce cada vez más.