Algo debe tener Alcorcón para que se atragante siempre. Arbitrajes, ambiente, dureza, incomodidad... Y además fútbol. El Recre sigue sin ganar en su campo maldito.

Sergi Barjuan le dio la vuelta a su libreta. Hace un año aplicó una fórmula directa, con Berrocal y un equipo mucho más guerrillero en Santo Domingo. Casi le salió. Al segundo intento buscó algo diferente. Aplicó un equipo cargado de calidad individual y toque con Dimas, Antón, Valle, Montoro, Ezequiel y Arana sobre el terreno de juego. Trató de tener el control del balón y los tiempos del partido. No es la guerra del Alcorcón, que se siente seguro en la presión, la intensidad y la incomodidad.

Tras un susto inicial local, fue el Recre quien más cerca estuvo de su objetivo. Incluso Ezequiel tuvo a los cinco minutos la primera ocasión clara. Su disparo fuerte y seco lo mandó Dani a córner con problemas. Pero el Alcorcón es un equipo serio donde los haya. Un conjunto al que le basta con media aproximación o una falta para hacer daño. Y si hay un lugar donde los despistes se pagan caros es el Santo Domingo alfarero. Una acción a balón parado sacó los colores a los recreativistas. A los 18 minutos Sergio Mora tocó por encima de la línea de zagueros a Christian Alfonso, que batió sin problemas a Cabrero. Pidieron fuera de juego los albiazules. Legal o no la acción, el despiste colectivo fue considerable.

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El Alcorcón vivió su partido ideal. Cedió la iniciativa y buscó las cosquillas a los onubenses. Con un juego vertical y claro, encontró en los espacios onubenses la fórmula para hacer el segundo. Lo evitó Cabrero en el minuto 28 cuando salvó un mano a mano con Fernando Sales, que se marchó en velocidad de los dos centrales albiazules.

De mal a peor pasó el encuentro. Pérez Pallás mandó al vestuario a Ezequiel por golpear a un rival. El extremo vio la roja en el minuto 39. Ahí terminó todo. El colegiado se fue arriba. Perdonó la segunda a Nagore y no aplicó el mismo criterio en una acción similar al borde del área alfarera con el tiempo cumplido.

El Recre fue mejor con uno menos durante una veintena de minutos. Fue capaz de encerrar a su oponente. El Alcorcón lo paso regular para aguantar las acometidas albiazules. Tuvo el balón y lo circuló en el campo local pero sin la verticalidad ni la profundad necesarias para crear peligro real. Lo más parecido fue un disparo de Montoro desde la frontal que Dani Giménez mandó a córner con problemas.

Asumió riesgos Sergi Barjuan al adelantar líneas. Los alfareros se sintieron cómodos. Un especialista al contragolpe como el conjunto alfarero aprovechó esta circunstancia a la perfección. Tres toques necesitó el equipo local para encontrar a Fernando Sales al primer palo. El sevillano tocó lo justo para sentenciar el encuentro con el segundo. Fue el minuto 66. El choque quedó listo. Los albiazules acusaron el golpe. En plena depresión Zamora cometió el error que permitió a Babin cerrar la cuenta con un tercer tanteo engañoso y excesivo.