¡Sí se puede! El grito con el que el Nuevo Colombino despidió ayer a su equipo debe ser el dogma que marque las tres jornadas de campeonato que quedan... Y lo que vendrá, porque así se puede. El Recre se reencontró con la victoria cuando más falta le hacía. Venció y punto. No necesitaba otra cosa. Superó a uno de los conjuntos más en forma de la Liga y se reconcilió con una grada que tenía de ganas de Recre, de su Recre.

El fútbol se ve de otra manera cuando al minuto de partido te encuentras por delante en el marcador. A Sergi Barjuan cabe discutirle cualquier cosa menos  personalidad. El once que presentó frente al Girona fue una demostración de su fe en sus planteamientos más allá de prejuicios y murmullos del entorno. Las novedades de inicio predispusieron al Nuevo Colombino de uñas. Nada mejor que 40 segundos bien aprovechados para despejar sospechas y focalizar las energías sólo en el rival.

El gol permitió al Decano afrontar el partido en paz, que no es poco tras sus últimas comparecencias. Le dotó de tranquilidad interna y externa. Pudo centrarse en el juego, en el fútbol y olvidar las tensiones habituales.

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No ofreció una primera mitad muy vistosa. Más allá del gol creó pocas ocasiones de gol. Nong peleó mucho y Ezequiel se enredó en ocasiones en sus propias botas. La tripleta de la oportunidad a la que recurrió Sergi siguió voluntariosa aunque sin el fútbol necesario para lograr el segundo tanto.

La lucha en el centro del campo fue enconada. El Girona se jugaba la vida y se notó, aunque sin profundidad. Ninguno de los dos contendientes logró imponerse, lo que derivó en un duelo sin un dominador claro. El Decano asumió pocos riesgos. Con dos extremos y un delantero del poderío físico de Nong se aplicó en las salidas y la verticalidad. O al menos es lo que intentó.

Entonces sufrió un castigo severo por parte del colegiado. Se vio con cuatro cartulinas amarillas en poco más de media hora. Tuvo que controlarse y jugadores clave como Morcillo y Jesús Vázquez estuvieron condicionados.

No era un choque para pedir florituras. El Recre necesitaba los tres puntos a cualquier precio. El público lo entendió. Se volcó con su equipo. El Nuevo Colombino recuperó parte de la química perdida a tiempo.

Los dos extremos generaron problemas al Girona al inicio de la segunda parte. Gallegos y Ezequiel tuvieron dos lanzamientos cruzados que se marcharon por poco. Salió con un plus el Decano que no supo rentabilizar.

El Girona en ataque no asustó hasta el minuto 60. Tato se encontró con un balón en el área pequeña. Remató a bocajarro y se encontró con un soberbio Cabrero. Otra más para el oscense en su gran campaña.

La ocasión generó zozobra en el Decano. Por primera vez en todo el encuentro se vio apurado. El Girona dio un paso al frente ante un rival que abrió en exceso sus líneas.

Sergi Barjuan movió sus piezas. El técnico dio entrada a Joselu. El cartayero debía darle continuidad y recuperar la intensidad en la presión perdida en los últimos minutos por los recreativistas. Hizo un segundo cambio para complementarlo. Jonathan Valle regresó a los terrenos de juego para dotar de la chispa que le falta al conjunto onubense en los metros finales recientemente.

El Recre recuperó el control de la situación, pero la escasa renta en el marcador mantuvo abierto el partido. El tanteo era más incierto que peligroso. Joselu pudo acabar con el partido en el 74. Un pase medido de Montoro lo culminó el cartayero con un lanzamiento al palo que pudo garantizar un final mucho más tranquilo.

El Girona comenzó a ponerse nervioso. Las fuerzas y las ideas le fallaron. El Decano merecía ya el segundo. Su rival recurrió al fútbol más básico que le quedó. Comenzó a colgar balones desde la banda buscando el fallo albiazul. Consciente de ello Sergi hizo un cambio lógico, aunque impopular. Optó por preservar el botín con Álex Pérez por el desgastado Nong y adelantó a Zamora al centro del campo. Aún así Jonathan Valle tuvo la tranquilidad en un lanzamiento que Isaac Becerra detuvo abajo. Tocó sufrir hasta el final, pero bendito sufrimiento.