Liga adelante

Se cierra la puerta solo (3-1)

  • Un Recre inoperante cae en La Victoria ante un Real Jaén superior. La enorme igualdad del campeonato mantiene aún al equipo a un punto de la promoción a pesar de su mala imagen.

Las matemáticas, y éstas cada vez con menos fuerza, mantienen vivo a un Recre cuyo fútbol lo dejó ayer muy tocado en La Victoria. Por juego este equipo se aleja solo de la cabeza. Quedan cuatro jornadas en las que seguirá contando con posibilidades de meterse en la promoción y peleará por ello aunque la realidad sea que este conjunto que ayer fue incapaz de plantear una batalla seria al Real Jaén difícilmente sería competitivo en esa tesitura si una carambola le abriese la puerta que él solito se empeñó en cerrarse.

El Recre salió con un once con carácter vertical y propicio para buscar la salida con velocidad al contragolpe, pero fue precisamente así como encajó su primer golpe. El Decano disfrutó durante 20 minutos del dominio del encuentro. Le quitó la pelota a su rival y llevó el peso del partido sin que esto supusiera ninguna ventaja. Tuvo el balón sin saber qué hacer con él ni con la profundidad necesaria para convertir la posesión en peligro. Mientras, el Real Jaén afiló el cuchillo con paciencia, esperó bien parapetado el momento para lanzar el zarpazo letal. Una contra bien trenzada fue suficiente para abrir la cuenta.

El gol fue un golpe del que no se pudo recuperar el Recre. El tanto de Víctor Curto derrumbó al Decano y desmelenó al Real Jaén. Los locales se fueron arriba y arrinconaron a un conjunto albiazul que se vio muy superado por su oponente. Fue incapaz de oponer mayor resistencia a un contrincante comodísimo que pudo endosar un serio correctivo en la primera mitad a los onubenses.

Víctor Curto al borde la media hora hizo el segundo y con él anticipó el final del encuentro casi una hora. Del nuevo mazazo sí que no tuvo capacidad alguna de reacción el Recre. Las piernas pesaron y las cabezas se bloquearon. Víctor Curto había anulado al Decano.

Cabrero en el 36 salvó el tercero en una mano providencial a tiro cruzado de Raúl Gaitán. El Decano suspiraba por el descanso mientras el Real Jaén quería más y más. Los locales compitieron con todo a favor mientras a los albiazules La Victoria se les hizo una cuesta arriba insufrible. Las imprecisiones y las pérdidas fueron una constante de un conjunto roto a la media hora de encuentro. Dio las gracias cuando el colegiado señaló el final de la primera parte. Sin ideas, sin fuerzas, sin chispa y sin capacidad de reacción alguna, los onubenses entregaron el partido en media hora.

Sergi Barjuan se vio obligado a retocar su equipo. Opciones no tenía muchas. Cambio de hombres y también de dibujo sobre el césped. Dejó a Naranjo en el vestuario y dio entrada a Linares. Con una referencia ofensiva más clara trató de encontrar una vía para al menos entrar en el partido y buscar alguna opción. Naranjo no fue el peor. No lo fue menos que alguno de los que permanecieron en el once, pero le tocó ceder su puesto. También forma parte del recorrido que tiene por delante. Con el balón en los pies tuvo buenos detalles.

Salir con otro aire, buscar al rival, crearle problemas o al menos hacerle sentir que no iba a sumar los tres puntos con facilidad. Era lo mínimo que se le pedía al Recre tras el descanso. La reacción fue mínima. El Real Jaén apenas se inquietó. Pasaron los minutos sin ser capaz siquiera de atemorizar a los jiennenses.

Sin fútbol que ofrecer le quedó el recurso desesperado de la garra. El mejor futbolista de la segunda vuelta se echó el equipo a la espalda y de un zapatazo espectacular metió al Recre en el partido que su fútbol no le habría permitido.

El Real Jaén se vio cara a cara a una realidad que hasta entonces no había contemplado. Un triunfo plácido hasta entonces podía peligrar. Fue poco más que un paréntesis.

Con Ezequiel y Nong en el campo Sergi Barjuan quemó sus naves en un intento para aprovechar la puerta que Morcillo le abrió.

Duró poco el impulso. Jozabed aprovechó un rechace llegando desde atrás para abrir de nuevo distancia en el marcador. Y se acabó. Trató de pelearlo, colocó a Morcillo en punta, buscó alguna segunda jugada... Insuficiente para al menos merecer un empate.

 

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