De dos derrotas consecutivas en casa, a una victoria como visitante. De ver el futuro gris tirando a negro, a abrir la puerta de la esperanza. De estar metido en puestos de descenso, a salir de ellos aunque sólo sea por un punto. Todo en cinco días.

El cambio llega al Recre. Y ha empezado por el aspecto que más lo necesitaba: ganando el primer partido de Liga en 2008. El primer partido de Manolo Zambrano como técnico albiazul se ha saldado de la forma más satisfactoria posible, sumando tres puntos de auténtico oro.

Con sólo seis sesiones de trabajo decir que los nuevos métodos de Zambrano han dado su fruto resulta gratuito. Sin embargo, al Recre que se vio el domingo en Montjuic se le vieron detalles positivos con respecto a partidos anteriores, y en todos ellos no siempre el responsable fue el técnico.

Entre las principales diferencias del Recre del Sevilla -o de muchos partidos anteriores- y el que jugó ante el Espanyol, está el de la implicación de los jugadores. Manolo Zambrano ha venido incidiendo en ese detalle desde que se hizo cargo del equipo el pasado lunes, ya que le daba mucha importancia. A tenor de lo visto en Montjuic, el equipo en general jugó mucho más convencido de sus posibilidades que en duelos anteriores, en los que se empleó a arreones y sin una meta definida.

De un Recreativo plano y sin demasiadas soluciones para los problemas planteados, se ha pasado a un equipo que no sale al campo decidido a que ni surjan esos problemas.

Un mejor trato de la pelota fue otro de los aspectos en los que ha mejorado el Recre. Tendrá muy complicado ser el equipo con mayor posesión del balón -aquí influyen detalles como la calidad individual por ejemplo- en un partido, pero al menos el desequilibrio ya no es tan latente. Es más, en el primer tiempo fue el Recre el que más tiempo tuvo la pelota en su poder, lo que se tradujo en una catarata de ocasiones no siempre aprovechadas.

Hasta el partido en Montjuic el Recre siempre tenía el esférico mucho menos tiempo que el rival, y además lo utilizaba de forma inadecuada.

Porque de ahí se llega a otro aspecto diferenciador, el que te da el 'descubrimiento' del centro del campo. Los jugadores de la medular tuvieron mayor participación a la hora de crear el juego, y apenas se vieron balones largos desde la defensa hasta la delantera. Tocando más y mejor el balón llegaron las ocasiones del primer tiempo, y algunas acciones muy bien elaboradas en el segundo.

Puede que el hecho de que el Recre quiera jugar ahora con las líneas más juntas sea la causa de todo lo anterior. Hasta el partido de Montjuic, se veía una distancia sideral entre los jugadores de atrás y el delantero, éste casi siempre de espaldas a la portería. En Barcelona se vio al equipo con menos distancia entre los jugadores y al delantero recibiendo la pelota con espacios por delante. Sólo así se puede sacar lo mejor de Sinama Pongolle, que es mucho más peligroso con la pelota por delante.

Un detalle, eso sí, quedó inamovible con respecto al pasado reciente, y es que el Recre sigue sufriendo en las acciones a balón parado. El gol del Espanyol llegó a la salida de un córner, en la que hubo un primer cabezazo en el primer palo, y el remate letal en boca de gol en el segundo. Tarea para que trabaje Manolo Zambrano.