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De bache a gran socavón

  • Los delanteros del equipo recreativista acumulan diez jornadas consecutivas sin marcar un gol · Bruno Fornaroli, contra el Rayo Vallecano en enero, fue el último atacante en perforar la meta contraria

"Falta gol"... "Este equipo no define"... "Tenemos un problema para materializar las ocasiones"... "Sólo no falta el último pase"... "Merecemos más pero no acertamos ante la portería contraria".... Cualquiera de estas afirmaciones casa perfecta con las declaraciones o ruedas de prensa del entrenador del Recreativo, Raúl Agné, o sus jugadores al finalizar cada uno de los partidos que el aragonés lleva al frente del Decano.

La cuestión es más que preocupante. Lo es fundamentalmente porque el contratiempo que supone para cualquier conjunto las dificultades para finalizar se centra en el caso albiazul en un punto determinante. Los jugadores llamados a 'matar' partidos son los más inofensivos de la categoría.

Es la pura realidad y no admite ningún tipo de debates. Si no, ahí están los números tozudos una vez más. El caso es que el Decano es, en ocasiones, una tropa disciplinada y ordenada, pero con escaso margen para infligir daño al adversario al carecer de artillería pesada -y menos pesada, incluso- sobre la que apoyar sus ataques.

Los delanteros recreativistas suman tres goles entre todos (sin contar a Adrián Colunga que sigue siendo el máximo realizador del equipo junto al uruguayo Fornaroli). Este dato convierte lo que podría denominarse un bache en un verdadero socavón. No generar ocasiones ni marcar es peligroso, pero que además tus atacantes sean meros espectadores un partido detrás de otro es para sentirse ciertamente perturbado. Se podría decir que profundamente preocupado.

A veces llega el momento de plantearse si se trata de una cuestión de forma, individual y particular reducida a sus protagonistas o, por el contrario, lo es estructuralmente. Si el equipo no es capaz de generar ocasiones y hacer gol con facilidad es porque sus atacantes tienen esa incapacidad, o porque la forma colectiva no es la adecuada. En este segundo punto algo tendrá que ver el técnico albiazul, que ano acaba de dar con la tecla.

El último delantero que festejó un gol fue Fornaroli contra el Rayo Vallecano. Eso fue en enero, en el último partido de la primera vuelta. Ante los madrileños, que empezaban a dibujar su caída en picado, el uruguayo contribuyó al estreno de victorias de Raúl Agné, que tardó en producirse casi dos meses.

Desde entonces han pasado once partidos sin que ninguno haya vuelto a levantar los brazos. Barrales no marca en la Liga desde el partido contra el Huesca (próxima salida del conjunto albiazul), lo que supone prácticamente una vuelta completa del Campeonato. Es su único gol en lo que va de Liga. Por eso la palabra que mejor define esta situación es barbaridad. Y es que estar veinte partidos sin marcar son imperdonables para un delantero centro, por más que con la llegada de Braulio perdiese peso y sitio en el equipo albiazul.

El caso del último goleador onubense también es sorprendente. Fornaroli es con Adrián Colunga el que más veces vio puerta rival. Dos veces. Y eso que el asturiano, ahora en las filas del Real Zaragoza, donde ya ha marcado tres goles, anotó sus dos dianas en las dos primeras jornadas del actual Campeonato.

Centrándonos en el uruguayo, decir que los dos tantos que anotó, uno fue en Elche y otro ante el Rayo (última jornada de la primera vuelta). Desapareció de las alineaciones tras la visita al Nuevo Castalia de Castellón y casi no se volvió a saber de él. Simbólicas apariciones movidas por las circunstancias es lo que ha tenido desde entonces.

Braulio cumplió en el Nou Estadi diez partidos como jugadores recreativista en blanco. En todos ellos fue titular pese a que él mismo reconoció contra el Murcia en Huelva que no estaba bien. "Un cono habría hecho lo mismo que yo", así de claro se mostró el futbolista canario después de su mala actuación ante el equipo pimentonero, donde por cierto nadie brilló demasiado. Fue, seguro, más crítico que su técnico, a quien no le gustó demasiado que se le cuestionase si tenía pensado incluirlo en sus desafortunadas rotaciones.

El canario vino para taponar un agujero que, sin embargo, parece haberlo atraído también a él. Ya acumula casi los mismos minutos de juego que Barrales o Fornaroli, pese que estos están desde el inicio del campeonato. Y sin embargo no se asoma por la tabla de los goleadores.

El cuarteto de delanteros lo cierra quien menos presencia ha tenido de todos. Dani sin estrenarse. En descargo del trianero están de momento las menores oportunidades. Sus problemas físicos le han impedido hasta la fecha cierta continuidad. No llega a los 200 minutos de juego.

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