Amarga  victoria en el adiós del Decano a la Liga Adelante. Al conjunto onubense le pidieron ganar y ganó. El Recre cumplió sobre el terreno de juego el postrero reto al que sus dirigentes. No tuvo grandes dificultades para ello. Se midió a un rival entregado que vendió muy baratos los tres puntos. Sencillamente ganó quien quiso hacerlo, quien puso un mínimo de su parte para sumar la victoria.

En su despedida del Nuevo Colombino Dominguez se enfrentó a su enésimo rompecabezas para configurar un once y una lista. Entre lesionados y algún borrado se encontró con un once de circunstancias. Un equipo plagado de bajas pero implicado al cien por cien lo que a estas alturas ya significaba casi tanto como la teórica calidad del futbolista.

Juanan cumplió en el lateral, Manu Molina trabajó mucho y bien en los metros finales e incluso Zamora pese a la inactividad respondió sin sobresaltos. El ritmo y el carácter de los albiazules fue suficiente.

La pasmosa falta de intensidad con la que el filial azulgrana afrontó el choque benefició sobremanera al Decano. Los catalanes llegaron sin ningún estímulo, mientras los albiazules honraron su profesión disputando el choque con la seriedad requerida. Cumplieron así los onubenses con su parte. El viernes el club les pidió un último esfuerzo para amarrar la antepenúltima plaza. Los jugadores respondieron para sumar la tercera victoria consecutiva como local y ofrecer al menos una digna despedida a la categoría. Lo que pueda luego suceder en los despachos deja de estar en sus manos y corresponde a otros. Ellos cumplieron en el adiós como no lo hicieron durante muchas fases de la temporada.

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La victoria albiazul pudo quedar atada muy pronto. La enorme fragilidad defensiva barcelonista permitió a los albiazules plantarse ante Ortolá en relativa facilidad en el primer cuarto en varias ocasiones. A los quince segundos se plantó Álvaro Antón ante el meta culé. El burgalés tardó un mundo en resolver y perdió la oportunidad. De forma parecida se encontró Cabrera con la ocasión de adelantar al Recre siete minutos después. El uruguayo se quedó sin espacio y acabó disparando flojo al cuerpo del cancerbero en su salida. Cada robo en el centro del campo como consecuencia de la intensidad recreativista era una aproximación al área culé. A esto se sumó la relajación de su línea de zagueros y la facilidad para ganarle la espalda a sus centrales. De nuevo la tuvo Antón poco después del primer cuarto de hora. Cruzó con el exterior rozando el palo.

Núñez abrió la cuenta onubense en el 24. Una buena jugada de Juanan por la banda izquierda la culminó de volea el extremo madrileño. Ortolá poco pudo hacer ante su derechazo. No bajó su intensidad el Recre, que siguió buscando el gol para liquidar el choque. Tardó en lograrlo. Merodeó mucho el área visitante sin un referente claro para el remate por su propia disposición sobre el terreno de juego. De nuevo fue clave la presión. Jesús Vázquez hizo un alarde de fuerza y casta para llevarse en dos ocasiones un balón dividido y desde el suelo superar al meta azulgrana en el 35.

El equipo catalán salió con algo más de brío tras el descanso. No le vino mal tampoco al Decano, que pudo ceder algo más la iniciativa y salir al contragolpe para dosificar los esfuerzos. Los primeros minutos fueron de ligero dominio culé bajo un control general de la situación parte recreativista. Sus ataques deslavazados y descoordinados como su defensa no le permitieron recuperar opciones de puntuar.

El Recre gestionó bien la segunda mitad. Dejó hacer y vio correr tranquilo los minutos. Los barcelonistas comenzaron a hacer la guerra por su cuenta y a descolocarse más. El partido concluyó a los 70 minutos, cuando los visitantes bajaron los brazos y se rindieron. Apenas volvieron a inquietar más la portería de Rubén Gálvez, bastante cómodo durante todo el choque. A un ritmo cansino y tedioso los dos conjuntos enfilaron la recta final hacia la Segunda B. Ahora tocará esperar un milagro administrativo y cumplir.