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Al alcance de la mano

  • La presente campaña ofrece los números más pobres en la lucha por la permanencia desde el año 2000 · El Decano necesitaría como máximo diez puntos e incluso menos para garantizar su salvación

Diez puntos, poco más. Parece la marca que necesitará el Decano en estas catorce jornadas que le quedan para la conclusión del campeonato. La dinámica de la competición y los antecedentes son muy claros. La permanencia actual va camino de ser una de las más bajas de la historia. Basta con observar la puntuación del Huesca, que es quien fija el corte con el descenso. Desde el año 2000, el cuadro oscense es el que peor marca ofrece con un escaso bagaje de 26 puntos. Sólo hay un antecedente similar en 2001, cuando el Getafe ofrecía los mismos números a estas alturas. Al final, el Compostela cerró el cuarteto que se fue a Segunda B con 45 puntos. Si se repitiese una progresión parecida la exigencia para el Recre sería aún menor. Es curioso comprobar cómo en las dos campañas anteriores se experimentó un descenso paulatino de la puntuación de los equipos de la zona baja.

Desde ese 2001 al 2009 todos los implicados se movieron siempre entre los 30 y los 31 puntos. En cambio, en 2011 el Tenerife y en la 2010 el Albacete se quedaron por debajo de esa cifra. El segundo de esos casos es llamativo porque ofreció un desenlace final exigente que elevó hasta los 50 puntos el umbral de la permanencia. El Cádiz se fue a Segunda B con esos números. Es el único referente desde el año 2000 de salvación con esa cantidad de puntos cuando el límite se encontraba a estas alturas por debajo de la treintena. Todos lo demás equipos necesitaron menos pese a partir desde una posición superior a la que actualmente refleja la clasificación.

Los resultados del Huesca de Quique Hernández, unidos al descenso pronunciado que acusan equipos como el Alcoyano o el Guadalajara, dejan poco lugar a las sorpresas en el tramo final del ejercicio. Salvo una reacción del Cartagena que no termina de llegar, pese a que es el rival con más potencial de la zona baja, todo hace indicar que la lucha se reducirá a los que en estos momentos ocupan puestos de descenso y sus inmediatos predecesores.

Tomando siempre la referencia aragonesa, por fijar el mínimo, los guarismos que arroja la Liga son muy pobres. Si el equipo que entrena Quique Hernández acumula 26 puntos en 28 jornadas, su promedio lo dejaría en la barrera de los 40 al finalizar el campeonato. Aún dando por hecho que en el tramo final de la temporada siempre hay equipos con poco o nada en juego que protagonizan marcadores inesperados y sorprendentes, el conjunto azulgrana tiene prácticamente descartado lograr los quiméricos 50 puntos en los que se fija habitualmente la salvación matemática en la categoría. Si el Recre cuenta en estos momentos con 37, once por encima de los oscenses, una decena más lo dejarían un año más en Segunda. Ya sabe Juanma Rodríguez donde fijar su objetivo prioritario. Tiene catorce jornadas por delante, 42 puntos posibles. La cuarta parte bastaría teóricamente para materializar su estancia en Segunda División. Un meta cercana y al alcance de la mano.

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