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Del abrazo a Patxi, al himno en diferido

Era evidente que la final tenía mucha miga desde la óptica extradeportiva. Jugaban el equipo más representativo de Cataluña contra el más representativo de Euskadi, de ahí que los prolegómenos del partido eran especialmente esperados.

Antes de que los protagonistas saltaran a la hierba, el protocolo ya arrancó en las mismas puertas de Mestalla, donde el nuevo lehendakari socialista, Patxi López, y el presidente de la Generalitat, José Montilla, recibieron a los Reyes. Muy sentido y espontáneo fue el abrazo que don Juan Carlos dio al primer lehendakari no nacionalista. Más protocolario fue el que se dieron el monarca y el president catalán.

Cuando los equipos comparecieron en el terreno de juego y formaron alineados para oír el himno nacional, se desencadenó una sonora pitada en el graderío. Mientras se escuchaban las notas por megafonía el griterío del público fue ensordecedor, aunque duró unos 50 segundos.

Un operador de cámara recorría de lado a lado la formación de jugadores rojiblancos y azulgrana, momento que en directo no se vio en los hogares españoles, ya que la realización de Televisión Española decidió conectar con el estadio de San Mamés, primero, y la fuente de Canaletas en Barcelona, luego, para captar el ambiente. Antes del comienzo de la segunda parte, la cadena pública sí que ofreció el momento de la llegada de los Reyes al palco y la interpretación del himno, con posteriores disculpas del narrador por no haberlo ofrecido en directo por "un error humano".

Lo que no salió en televisión ni en directo ni en diferido fue la pancarta desplegada en la zona del Barcelona con la leyenda "We are nations of Europe, Good Bye Spain" -"Somos naciones de Europa, adiós España"-, con una foto de José Luis Rodríguez Zapatero y otra de Mariano Rajoy en la parte inferior de la controvertida pancarta.

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