Arsene Wenger vivió una temporada complicada como pocas con el Arsenal, en la que incluso se llegó a poner en duda la continuidad de su era de 16 años en el conjunto inglés. Pero su equipo vuelve a estar en los primeros planos tras una racha de siete victorias seguidas.

El Arsenal sufrió esta temporada estrepitosas caídas como el 0-4 ante el Milan en la Liga de Campeones o el 2-8 ante el Manchester United. Además, llegó a ocupar el puesto 17 de la tabla en septiembre. El equipo parecía tocar fondo. Pero tras el triunfo 3-0 del sábado ante el Aston Villa, los gunners se consolidaron en un inesperado tercer puesto en la Premier League.

Una racha de victorias en el tramo final de la temporada permitió al Arsenal transformar la desventaja de diez puntos respecto a su encarnizado rival, Tottenham Hotspurs, en una renta de tres. Eso apenas lo consideraba posible el entrenador Wenger, blanco de numerosas críticas en los últimos tiempos. "Apenas soñábamos con ser terceros", dijo.

"Happy Days are here again" (llegaron de nuevo los buenos tiempos) tituló el sábado la revista para el aficionado del Arsenal. El Sunday Telegraph lo calificó como el "equipo del momento" en el fútbol inglés. "El mes pasado fue muy favorable para nosotros, ahora hemos de mantener el momento", exigió el entrenador francés.

Con el tercer lugar arrebatado al Tottenham de Harry Redknapp, el Arsenal sueña con la clasificación para la próxima Liga de Campeones, lo que le permitiría seducir para que permanezca en el equipo al holandés Robin van Persie, el máximo goleador de la liga, y sería un aliciente más para el alemán Lukas Podolski.

La prensa inglesa siguió criticando aún en febrero a Wenger por su titubeante política de fichajes. Ahora, en su discreta y constante sonrisa podía leerse también satisfacción.