Valencia, Bernie Ecclestone, la televisión española y Flavio Briatore lo deseaban y la FIA lo hizo ayer realidad: a pocos días de que el domingo se dispute el Gran Premio de Europa, Renault recibió el indulto y Fernando Alonso estará sobre el asfalto del circuito urbano de la ciudad mediterránea.

"No hubiera tenido sentido la celebración de una carrera en España sin el estandarte del automovilismo español", dijo Jorge Martínez Aspar, vicepresidente de Valmor Sports, la empresa organizadora del Gran Premio.

Aspar admitió que hasta el dueño del negocio, Bernie Ecclestone, estaba presionando para que Renault -es decir, Alonso- estuviera en la segunda edición de la carrera valenciana.

Y el comité de apelación de la Federación Internacional de Automovilismo no aguó la fiesta: estará el ídolo local para compensar la ausencia de Michael Schumacher.

Los organizadores esperan ahora un empujón de última hora en la venta de entradas. Aquellos que quisieron esperar a ver si Alonso tenía vía libre, ya pueden buscar en sus bolsillos dinero para pagar un billete que va desde los 30 euros (sin derecho a asiento) a los 480.

Que no teman que estén agotadas. "Los últimos datos que tenemos es de 47.000 entradas vendidas de las 75.000 disponibles", dijo ayer Pablo Pernía, portavoz de la organización.

Hoy se darán a conocer nuevos datos de venta y se podrá saber el efecto de la negativa de Schumacher, conocida hace una semana. El anuncio de su regreso generó la venta de 10.000 entradas, casi un 50 por ciento más que la semana anterior.

"No ha habido demasiado descenso. La venta de entradas no ha dejado de crecer", dijo Pernía, que niega que la renuncia de Schumacher, heptacampeón del mundo, haya frenado la venta.

Ya el año pasado, el del debut de Valencia, no se cumplieron con las expectativas de negocio, por lo que para el domingo se redujo hasta 75.000 asientos el aforo de un circuito que en 2008 ofrecía más de 100.000, algunos de los cuales con problemas de visibilidad.

Quienes vayan el domingo podrán ver mejor la carrera, incluido a Alonso, que hace 12 meses se retiró en la primera vuelta.

Y todo gracias a que la FIA levantó la sanción impuesta al equipo Renault en Hungría.

La escudería, sin embargo, sí deberá pagar una multa de 50.000 dólares por atentar contra las normas de seguridad al permitir a Alonso salir de boxes en el Gran Premio de Hungría el 26 de julio con la rueda delantera derecha mal ajustada. Renault aseguró que acepta el castigo.

La FIA explicó en un comunicado que el equipo "admitió que había quebrantado la reglamentación deportiva porque el coche número 7 (el de Alonso) no cumplía con las condiciones de seguridad y porque dejó salir al vehículo del pit stop cuando era inseguro hacerlo".

Tras liderar desde la pole position las primeras doce vueltas, Alonso entró a repostar y a cambiar neumáticos, pero al salir perdió la goma delantera derecha, mal ajustada.

Los jueces consideraron que Renault de manera consciente dejó salir al coche de Alonso del pit stop sin que los elementos de sujeción de las tuercas estuvieran en posición segura.

La escudería pidió en la vista de ayer que se reconsiderara la "severidad de la sanción impuesta".

Y el comité de apelación coincidió y permitirá a los aficionados españoles seguir a su gran ídolo.