fútbol división de honor

Solo faltó la puntería

  • Un Cartaya con mucha actitud no pasa del empate ante el Antoniano

Sebas, autor del gol, conduce el balón ante un jugador del Antoniano.

Sebas, autor del gol, conduce el balón ante un jugador del Antoniano. / andrés gaitán

Al final se trata de actitud, de un comportamiento desde el compromiso. Porque si se parte desde ese punto eres capaz de perdonar todo lo demás, incluso cuando no ganas. El Cartaya venía de perder la dignidad en San José y la volvió a recuperar a base de dejarse el alma en cada balón dividido, por tierra, mar y aire. Y con esa lucha mereció ganar el partido de largo. A saber. Hasta ocho ocasiones acumuló el equipo rojinegro para matar al rival tanto en la primera como en la segunda parte. Algunas de ellas de las que se dibujan en tu mente cuando sueñas y sonríes. Que se lo pregunten a Sebas y también a Driss.

Después del descalabro de San José, Manuel Juan Limón acudió a revolucionar algunos puestos y la respuesta fue sencillamente admirable. Tiró del recién llegado Driss para abanderar la punta del ataque y el de Punta Umbría cumplió con creces. Sólo le faltó el gol. Por la otra parte, Guille, velocidad en el costado y verticalidad aparte de ayudas al defensa. De sobresaliente estuvo el chico. Los damnificados, Dani Pérez y Souto, ambos lejos de su mejor forma física.

Así el asunto y si se tienen en cuenta que estaba enfrente el Antoniano, el Cartaya se tomó el inicio con tranquilidad, más por la falta de confianza que por otra cosa. Lo cierto es que el conjunto de Lebrija se hizo con el mando y se acercó a conocer a Bocanegra hasta en cuatro ocasiones en los primeros cinco minutos de partido. Se temía lo peor para entonces. Pero pasado el trago, fue el conjunto de Limón el que empezó a hostigar a su rival y ya se pudo adelantar en la primera parte. Al final, todo acabó en tablas.

A la vuelta de vestuarios, el Cartaya ya tenía ritmo y temperatura y así fue como se vino arriba con todo. Sebas pudo marcar, Driss sentenciar y el que marcó primero fue el Antoniano, por medio de Román, en el primer balón que tocó tras salir al campo. Se lo encontró en el segundo palo y puso el corazón en un puño a los rojinegros, que no daban crédito después de tanto esfuerzo llegadas. Minuto 62 de juego.

Dos minutos más tarde llegó parte de justicia. Sebas, que había fallado lo infallable, se desquitó con un golazo en plancha a centro de Lolo. La respuesta inmediata había prever remontada. Pero con el paso de los minutos, el Antoniano fue enfriando el ambiente con infinidad de cambios y de ahí hasta el final, una ocasión de Dani Pérez y un remate al palo de Canito, en el desenlace.

No pudo ser pero este es el camino. Comenzó la recomposición con las decisiones de Limón. Y continuó en el campo con la actitud del equipo. Ahora solo falta que el Cartaya se percate que hay otras formas de vivir y todas son infinitamente mejores que la que eligió en San José. No ganó, pero como si lo hubiera hecho. Hay empates que son como ganar un título con todas las de la ley.

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