El San Roque de Lepe recupera mañana el partido pendiente ante el Salerm Puente Genil correspondiente a la duodécima jornada, aplazado en su día por casos de covid-19 en la plantilla aurinegra (Ciudad de Lepe, 17:00).

Será una gran oportunidad para el equipo lepero, en caso de llevarse la victoria, de poner distancia con la cuarta plaza ocupada en estos momentos por el cuadro cordobés. El San Roque es ahora segundo con 30 puntos en quince partidos disputados, a 3 del líder Ciudad de Lucena, mientras que el Puente Genil ha jugado un partido menos en los que ha logrado 22 puntos, lo que significa que una posible derrota en el estadio lepero le dejaría en una situación muy comprometida para clasificarse para la fase de ascenso.

La gran novedad para este partido será la vuelta del público a las gradas del Ciudad de Lepe después de que la localidad haya bajado ostensiblemente la tasa de incidencia de la pandemia de covid-19, lo que le permitirá a 400 aficionados aurinegros arropar a su equipo ahora que se llega al tramo decisivo de la primera fase de la liga.

En el plano meramente deportivo, tanto Antonio Fernández Rivadulla en el San Roque, como Diego Caro en el Salerm de Puente Genil tendrán a su disposición a todos los miembros de sus respectivas plantillas, con las excepciones ya conocidas por parte lepera del sancionado Javi Medina, que cumplirá hoy su segundo partido de sanción de los cuatro que le impusieron tras su expulsión en Lucena, y de David Toro, lesionado de larga duración en la primera jornada de liga, precisamente en la derrota aurinegra en Puente Genil por 3-1.

La presencia de aficionados debe suponer el impulso necesario que necesita este San Roque para dar el salto definitivo que le haga llegar en las mejores condiciones posibles a la fase de ascenso. Y es que hasta llegar aquí, el equipo de Antonio Fernández atesora más puntos de lo que su juego ha evidenciado. Porque una cosa sí es segura, la indudable calidad que el técnico gallego tiene en su plantilla.