El Rosal se encargará de medir el potencial que permite al Camping La Bota tener en su poder el testigo de líder del grupo onubense de la Primera Andaluza. Los Rosaleños no conocen lo amargo de la derrota ante sus seguidores y pese a tener en espera la determinación que se dé a la suspensión de su choque contra el Ayamonte, tocan con la yema de los dedos una zona de privilegio en la que tratarán de afianzarse a costa de un rival que cuenta por ganados los partidos disputados fuera de casa.

El cuadro puntaumbrieño es consciente de que todo lo que no sea ganar iría en beneficio del Isla Cristina, equipo que se enfrenta al Almonte Balompié en un choque en el que los dirigidos por Francis Acosta perseguirán sin tregua el liderato que perdieron la semana pasada en su cita con el Camping La Bota.

Con pegatina de favorito aparece el Cerreño frente al Aracena. Los propietarios del Motero Valle se han pegado a la cima y seguro que pondrán rumbo a un triunfo que les dé opciones de colocarse en cabeza o al menos les permita seguir pisando los talones a los dos primeros clasificados.

Atlético Cortegana y Ayamonte se encontrarán en una confrontación que promete emoción, mientras que el Punta del Caimán presentará ante el Bollullos los avales necesarios para optar a sumar puntos que le den posibilidades de seguir creciendo en la tabla.

Dispuestos a soltar el lastre negativo que les endosó el Almonte y Los Rosales medirán sus fuerzas Iliplense y Tharsis, contendientes que se pondrán el mono de faena para inclinar a su favor el marcador.

Poco a poco Los Rosales va saliendo del atolladero, por lo que ahora afrontará con toda la seriedad posible su envite contra un Bonares, también necesitado de puntos para alejarse del pozo.

Con claras pretensiones de poner fin a la mala racha que no le ha permitido sumar ni un solo punto en once partidos, encarará el Moguer su encuentro contra el Canela. Por su parte el Aroche buscará renta positiva en su visita al Trigueros Balompié, contrario al que su precaria situación en la clasificación, segundo por la cola, no le permite el lujo de ceder más terreno.