La clasificación recreativista dista mucho de ser la esperada. El conjunto albiazul se encuentra a dos partidos de la zona por la que tendría que pelear siguiendo la línea marcada por la entidad al comienzo del ejercicio. Las quince jornadas de campeonato disputadas han estado llenas de sombras y luces, más de las primeras. Los onubenses no han encontrado la regularidad necesaria como para ser un conjunto competitivo y ahora, para mantener el listón donde se fijó en agosto, deberán hacer un esfuerzo extra.

Alfonso Serrano lo dejó muy claro en la presentación de Raúl Agné como nuevo entrenador. El objetivo era el mismo y se estaba trabajando en el mercado a la caza de opciones apetecibles para unas arcas algo escuálidas.

Javi López se ha llevado hasta el momento la peor parte, con destitución incluida, pero la realidad es que el Decano debe su clasificación actual a otros factores, incluido el técnico. La plantilla no ha estado a la altura de lo esperado. La aportación de los futbolistas ha sido desigual y desequilibrada. Si en pretemporada se optó por un grupo corto de profesionales, con fichas libres, el tiempo ha demostrado que era más corto en efectivos de lo que las matemáticas dictaban.

De los veintidós profesionales que forman la plantilla recreativista, en realidad poco más de la mitad ha tenido una presencia constante y suficiente en las primeras quince jornadas. De los 1.350 minutos disputados hasta la fecha, siete albiazules lo han jugado prácticamente todo. Raúl Cámara, Javi Fuego, Peña, Álvaro Antón, Aitor, Carmona y Emilio Sánchez rondan o superan los 1.000 minutos. A estos se les habría sumado Adrián Colunga si no hubiese estado lesionado tanto tiempo, puesto que el asturiano ha jugado prácticamente todo lo que ha estado disponible. Los tres centrales en cambio han sufrido una expulsión cada uno y diversos problemas que los mantienen al límite de este grupo. El problema llega a la hora de calibrar la aportación del resto de la plantilla

Podría ser razonable que en un equipo hecho para pelear por el ascenso como el Decano exista un núcleo duro de futbolistas que lleven el peso del plantel. La cuestión es que si a estos se les añade un portero (Guaita superó en Valencia a Bernardo en minutos jugados), la realidad que se esconde detrás es el desequilibrio que encontró Javi López en su momento y al que se enfrenta ahora Raúl Agné entre los habituales y aquellos que deben sumar desde el banquillo. La aportación de los suplentes es mínima si se tiene en cuenta que hay un profesional inédito como Gallardo, otro desaparecido desde hace más de un mes como Fornaroli, quien hizo un gol en siete participaciones, un revulsivo portugués llamado Candeias que casi ha pasado desapercibido y un lesionado desde las primeras jornadas como Barber.

En total hay seis futbolistas que rondan el 25% de los minutos de juego disputados con más de un tercio de competición a sus espaldas. Poca aportación desde la banda para una Liga tan larga como la Segunda División española. Dejando a un lado a Pablo Sánchez, quien parece que va a comenzar a contar a partir ahora de mucha más confianza y en Valencia repitió como titular, lo cierto es que el Recre sólo ha marcado dos goles con futbolistas por debajo de los 800 minutos.

La portería es la única línea que no admite discusión. En las quince jornadas disputadas, Guaita se ha destapado como uno de los mejores porteros de la categoría. Transmite tranquilidad y en los momentos decisivos ha sido capaz de salvar puntos para el Decano como en Soria, donde evitó la derrota con una mano providencial. Bernardo ha alternado actuaciones brillantes con errores puntuales, aunque es una alternativa válida.

Con este panorama, y pese a las estreches económicas que persiguen al Decano y a todos los equipos en general, la dirección deportiva ya trabaja en la búsqueda de alternativas para reforzar la plantilla. El Decano cuenta actualmente con tres fichas disponibles, ya que Ángel pese a entrenar con el primer equipo forma parte del filial nominalmente.

La posición más perentoria es la delantera. Raúl Agné cuenta con cuatro atacantes en estos momentos: Adrián Colunga, Pablo Sánchez, Fornaroli y Barrales. Los dos primeros están llamados a copar las alineaciones, mientras que el uruguayo vivió la semana anterior un momento delicado y luego ni siquiera participó del último partido, algo habitual en las últimas jornadas. Barrales por sus condiciones responde menos al perfil de atacante que necesita el nuevo técnico. La otra posición que se pretende reforzar es la banda derecha con un hombre rápido e incisivo que complemente a Carmona ya que Candeias no termina de explotar. Son las dos prioridades, aunque abiertos al mercado.