La contra crónica

Al Recre ya le tocan las 'desazones'

  • Es moneda común en los últimos partidos que el Decano pague excesivamente caros los errores propios y ajenos · De nuevo la falta de puntería y algo de decisión para sentenciar el partido llevaron al equipo onubense a no sumar dos puntos, ahora mismo vitales en su pelea por la permanencia

La cosa tiene 'desazones'. Y es que se volvió a repetir lo que ha sido algo usual en la temporada del Recre, es decir pagar a un precio excesivo los errores que comete, o que le cometen, que de todo hay.

Desazón es lo que quedó en el aficionado onubense cuando rebobinó lo ocurrido el domingo en el Nuevo Colombino. Porque nunca llegará a entender como es posible que un partido que era del Recre, sí o sí , se le fue de las manos.

Una vez más los errores propios y los ajenos llevaron al desatre al Recre, que pagó muy caro el único error que tuvo en su defensa. Porque resulta triste comprobar como después del partidazo que se estaba marcando Iago Bouzón, una acción desafortunada suya fuera el origen de un gol que no entraba en el guión de un partido controlado por el Recre, y al que, eso sí, le faltó una pizca de decisión para dar la estocada mortal al adversario.

Por si fuera poco, en la ruleta de la fortuna que es un partido de fútbol, tampoco González Vázquez ayudó en exceso. Vaya por delante que el colegiado no tuvo una actuación tan parcial y determinante como la del 'recordado' Iturralde el día del Madrid, pero nadie puede negar que en derterminadas acciones aplicó un rasero diferente a lo que habían hecho otros compañeros suyos en partidos precedentes.

No es de recibo, a mi modo de ver, equilibrar el castigo para el 'empujador' y al 'empujado'. Por lo tanto, no entiendo como es posible que Ustaritz y Sinama Pongolle salgan con una amarilla cada uno de una acción en la que uno es más culpable que otro, a la fuerza. Máxime cuando en lances similares, otros árbitros -Iturralde al canto- aplicó un criterio diferente, es decir sancionar más gravemente al que vestía de blanco y azul. Cosas.

Pero hubo más. El Recre no pudo contar con Martín Cáceres, que fue expulsado por dos amarillas el domingo anterior, la segunda mostrada un minuto después de ocurrir el lance punitivo; el domingo Amorebieta pudo ver una segunda amarilla en otra acción en el centro del campo, y sin embargo González Vázquez votó en blanco en esa ocasión.

Pero también el Recre tuvo 'su' culpa. No saber dar materile al partido cuando lo tenía todo a su favor es algo que se tiene que anotar en el 'debe' del equipo onubense. Fueron suficientes las ocasiones que dispuso el cuadro albiazul para hacer, cuando menos, un segundo gol que hubiera sido definitivo. No lo hizo, lo pagó.

Todos esto pequeños/grandes detalles conducen a un equipo a Segunda División. Esa es la desazón más grande que puede tener el aficionado, que ve que su equipo en líneas generales, cumple en los aspectos futbolísticos, pero se ve perjudicado por esos intangibles que, en el cómputo global de una competición, deciden partidos y por lo tanto clasificaciones. Que rima con desazones, por eso la cosa tiene ...

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