Pozoblanco trae recuerdos inolvidables. En una noche en la que los cuchillos estaban afilados en grado extremo, con el Cartaya y Limón con el agua por encima de la garganta, el conjunto rojinegro solventó el trance con un triunfo que salvó varias vidas (deportivas) y sirvió para resoplar y levantar la gaita, para hacer un viaje de vuelta, a pesar de la larga distancia, entre cánticos y vítores. Fue una resurrección en toda regla y así lo titulamos.

Los tiempos han cambiado y las categorías y situaciones, también. No es tan dramático como aquello, pero no deja de tener un interés especial por el escenario, por cómo va el Pozoblanco y por la necesidad que tiene el Cartaya (domingo, 12:00).

A saber. Los locales comparecen en puestos de descenso pero a solo un punto de Cartaya. Como ven, a simple vista, el partido se viste solo. Porque en caso de victoria local, se invertirían las posiciones. Luego son tres puntos de oro como oro sería ganar para el Cartaya no solo pensando en el presente sino de cara al futuro, a la segunda vuelta. Porque dicen que el que da primero, da dos veces. Y el invierno está por venir.

Los cordobeses han ganado un partido, empatado cuatro y perdido tres, siete puntos en el casillero. Uno más, como decimos, tiene el Cartaya, cuya debilidad, hasta ahora, se focaliza en los partidos lejos de su feudo. Solo ganó en la primera jornada en Rota y a partir de ahí, tres derrotas consecutivas.

La tarea es apasionante. El desglose de lo que alcanza la imaginación pasa por ver cómo sale el Pozoblanco y cómo va a salir el Cartaya. En un principio y teniendo en cuenta que los rojinegros se han dejado mecer en exceso como visitantes, es posible que los cordobeses se conjuren para no dar respiro. Ante eso, uno se imagina al Cartaya con los ojos enrojecidos pensando que tiene que cambiar la dinámica de su vida fuera de casa. Luego si los pensamientos confluyen en un punto, el de la necesidad de ambos, es posible que el partido se lance por la cuesta abajo sin pensar en los frenos ni en los espejos retrovisores. Son solo pensamientos. Pero queda claro que el Cartaya debe cambiar cosas para cambiar de paso su dinámica lejos del municipal Luis Rodríguez Salvador. Porque nada es definitivo ahora, pero si puede condicionarte según los resultados y las situaciones.

El Cartaya recupera a Manuel y eso supone una bala más en el revólver. Wocjik ha recuperado la calentura del gol y, por lo demás, da la impresión de que la tropa está mentalizada para poder revertir la situación de penuria fuera. Así el panorama y aunque hasta el momento no ha ocurrido en la extensión que ha necesitado las actuaciones fuera para que el equipo se parezca lo más posible a lo que en realidad es, se vuelve a esperar trazados de finura y apuesta por el ataque, porque para ganar fuera, y en eso hay multitud de coincidencias, hay que hacer más de lo que hasta el momento se ha expresado.

Con respecto a la alineación y el dibujo, es difícil acertar porque hasta ahora el entrenador ha sido de natural variable. En todo caso, el once más posible sería el formado por Adrián, Manuel o Fabinho, Franci Ruiz, Joao Lobo, Novoa, Cerpa, Miguel Fernández, Lolo, José Díaz, Asuero o Miguelito y Wocjik.

Por cierto, el partido se juega a las doce y es posible que el largo viaje influya en el rendimiento. Ese es otro factor a tener en cuenta. En todo caso, la batalla no admite disculpas ni esquinas, todo se vivirá en línea recta.