El Cartaya visita al Córdoba B (domingo, 12:00), dentro de la 12ª jornada de Liga. Hay muchas formas de mirar la vida. Existen los impertinentes optimistas que ven las cosas de colores en los nublados y los que piensan que todo es gris aunque sea primavera. Equilibrio, dicen por ahí, como si fuera fácil. El fútbol da para eso, para verlo todo bien o para meterte en el dramatismo, sin término medio porque quedarse en la mitad es situarse en tierra de nadie. Y el fútbol es debate, luego o todo está bien o casi todo está mal.

Puestos así, el Cartaya, que descansó la pasada jornada y que a pesar del parón no ha entrado en puestos de descenso, quiere mirar al futuro con relativo optimismo. Pero por el otro lado está la lectura contraria. Se ha quedado a un punto del descenso y vienen el Córdoba B y el Recre, sin anestesia ni sal de fruta para la digestión. Los optimistas sonríen porque está libre de pecado a este punto y hora y los pesimistas tuercen el gesto por lo que se avecina.

Esa es la situación. Existe defensa para los que piensan bien y para los que piensan mal. Luego está la abstracción de la plantilla para ver una realidad como la copa de un pino. Hasta el rabo todo es toro y entregarse antes de empezar no pega nada. Luego hay que jugar y a ver qué dice el campo.

El equipo rojinegro, se intuye, ha aprovechado la semana de parón para fijar conceptos y pulir errores. En algunos partidos el equipo se fue cuando recibió un gol en contra. Y llegan dos partidos en los que seguramente le toque remar a contracorriente. Si la mente no está preparada para sostenerse en medio de la tormenta, entonces lo pasará mal. Se espera que lecciones pasadas hayan servido de lección futura.

El Córdoba B, como todos los filiales, son verano o invierno de un momento para otro. Ahora están de dulce, les sale todo y van terceros en la tabla. No hace falta más carta de presentación que esa. Sus números hablan por sí solos. Como te den pronto, te atosigan y arrollan, luego habrá que evitar herirse en los primeros minutos de partido.

El Cartaya recupera a Novoa y Lolo y se intuye que serán titulares, luego Carlos Martínez y Pepito Cárdenas serían, en teoría los damnificados. También es posible, y lo hemos visto otras veces, que el Cartaya acuda al refugio y coloque dobles parejas en los costados. Así fue en Jerez y casi le sale. Teniendo en cuenta que ellos vuelan sin alas, no lo descarten.

Por lo demás, mucha gente sigue esperando la mejor versión de algunos jugadores que vinieron a ser diferenciales y de momento hacen mutis por el foro. Para sumar o ganar en Córdoba hará falta la suma de todos y la resta de nadie. Así es el partido y así es el asunto, sin esquinas ni escondites.

Por apostar por algo, el once rojinegro podría ser el formado por Adrián en portería, con Manuel, Joao Lobo, Francis Ruiz y Novoa en defensa, con Cerpa en el centro del campo y a partir de ahí las proposiciones decentes para la creatividad del fútbol, con una línea de cuatro conformada por José Díaz, Miguel Fernández, Lolo y Pepito Cárdenas o Miguelito o Marcos Tavira con Wocjik en la punta del ataque.

Llegan las cuestas y no es la de enero. Córdoba B en la primera parada, justo donde el Cartaya va a medir su personalidad, temperamento y ver cómo le ha sentado el descanso liguero.