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Pascual y Vasco, la luz y la sombra

  • La marcha femenina española se resume en una sexta plaza y un desmayo · La rusa Olga Kaniskina se volvió a colgar el oro

Mientras Beatriz Pascual cruzó ayer la meta con una sonrisa gracias a su sexto puesto, María Vasco no pudo reprimir las lágrimas tras abandonar en la prueba de 20 kilómetros del Mundial de atletismo de Berlín, donde la marcha española sufrió más que gozó.

Después del abandono el sábado de Francisco Paquillo Fernández, una de las grandes esperanzas españolas de medalla, el turno le tocó a Vasco, bronce en Osaka 2007. "Hice un buen entrenamiento previo, pero tengo la sensación de no haber terminado bien el trabajo", lamentó la española de 33 años entre lágrimas. "Lo que sucede es que soy humana, como le pasó a Paquillo", concluyó la atleta.

Quien no pareció humana fue la rusa Olga Kaniskina, que volvió a ganar la prueba con aplastante superioridad para revalidar el título mundial que logró en Osaka 2007 y añadirlo al olímpico de Pekín 2008. Kaniskina le dio así el segundo oro a la marcha rusa tras el logrado el sábado por Valery Borchin en la prueba masculina.

Peor le fue al equipo español, que tenía depositadas esperanzas en las pruebas de 20 kilómetros para sumar medallas. Al igual que le sucedió a Paquillo, subcampeón mundial de 2007, Vasco se derrumbó en la segunda mitad de la prueba tras intentar estar con las mejores hasta el final: "No era mi día, pero en el atletismo dos más dos no siempre son cuatro", aseguró.

La española, que cruzó los diez kilómetros en cuarta posición y en lucha por el tercer puesto, se desvaneció por un golpe de calor poco después cuando iba a tomar una botella de agua: "Me había desmayado al terminar la prueba, pero nunca me había pasado en mitad de una competición". La catalana declaró que las altas temperaturas habían sido el detonante que le habría provocado el desmayo.

Cielos despejados y un sol intenso elevaron ayer las temperaturas del mediodía berlinés alrededor de los 30 grados. Por eso Beatroz Pascual, de 27 años, prefirió no apretar al principio y apostar por una carrera de atrás hacia delante. "No me va muy bien el calor. Con estas condiciones no se puede hacer una carrera con ritmo. Ésta es la razón por la que preferí esperar y ser inteligente. Si no, hubiera ido de adelante hacia atrás, en lugar de al revés".

Sexta en los Juegos Olímpicos de Pekín, la española sueña aún con subir los peldaños que le faltan para alcanzar un podio: "Todavía me falta confianza en mí misma y carreras como ésta para creerme que puedo estar en la pelea por las medallas", auguró sonriente. Su próxima oportunidad será el año que viene en los campeonatos de Europa de Barcelona, su ciudad.

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