La sexta jornada de la Cape Epic comenzó con una de las subidas más duras de toda la prueba. La dupla onubense coronaba en primera posición, hasta que una piedra provocó el pinchazo de una rueda de José Carlos Macías. Esta desafortunada circunstancia provocó que tuvieran que pararse unos instantes a hinchar la rueda. Casi al final de la bajada, la rueda volvió a dar síntomas de estar sin la presión adecuada. La pareja onubense optó entonces por parar y cambiar la cámara de la rueda quedando relegados a la 14ª posición en el paso intermedio del kilómetro 16. Tocaba remontar y reponerse al golpe moral. Poco a poco, con un ritmo vertiginoso recuperaron posiciones hasta alcanzar a la pareja sudafricana Uria Duvenage que les hizo rodar a una velocidad endiablada por las veredas.

Pero los problemas no acabaron ahí. La tija telescópica de la bici de José Carlos Macías se rompió y, a duras penas, aguantó hasta el final de la etapa. Con una reparación de emergencia consiguieron unirse a los holandeses Tjallubgii y Al y, con una gran velocidad, pudieron llegar a meta y “de milagro, salvar la jornada, y el podio, llegando por detrás de los líderes Platt-Sauser y la dupla local Uria-Duvenage, manteniendo así el tercer puesto de la general”, como reconoció Javier Macías.

La última jornada de la Cape Epic sale de Stellenbosch y, tras 68 kilómetros y un desnivel positivo de 2.000 metros, llega a Val de Vie, el Valle de la Vida. Por el valle de Idas hacia las estepas y subidas más famosas de Stellenbosch, Rustenberg, Morgenhof, Muratie y Babylonstoren se atraviesan granjas legendarias en una combinación de dobles y sencillos caminos. Luego se encuentran en los campos de polo. La línea de meta aparece demasiado pronto para algunos, pero justo en el momento adecuado para muchos otros.