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Lopetegui prefiere el trabajo con calor

  • El seleccionador eligió la cálida y apartada Krasnodar a diferencia de sus rivales, que se aclimatan a las temperaturas de Moscú

Entrenar con calor: ésta fue la primera decisión trascendente del seleccionador español, Julen Lopetegui, quien a diferencia de su antecesor, Vicente del Bosque, quiso preparar su debut en el Mundial en las mismas condiciones en las que jugará.

En Krasnodar situó España su cuartel general para la Copa del Mundo. No quiso Moscú o sus alrededores, como buena parte de las selecciones participantes, y se llevó su centro de operaciones a una anodina ciudad del sur de Rusia en la que hace mucho calor y humedad.

Son entrenamientos a 30 grados de temperatura, una elección que tiene su razón de ser en el debut ante Portugal. Será el viernes en Sochi, donde también se esperan altas temperaturas para un partido tremendamente exigente para los dos contrincantes, aspirantes ambos al título. Un choque que puede marcar el devenir de los dos equipos en el Mundial.

La elección de la sede de España siguió los cánones tradicionales: una ciudad tranquila, alejada de las grandes urbes y sin mayores atractivos que el silencio que rodea al trabajo y la excelencia de las instalaciones. "Aquí venimos a trabajar, no a hacer turismo", asegura uno de los dirigentes españoles.

Efectivamente, las instalaciones impresionan: 12 campos de hierba natural y tres de césped sintético que incorporan los últimos avances tecnológicos. La residencia, con habitaciones más funcionales que lujosas, también cumple con las exigencias españolas.

Lo realmente diferente es la temperatura. En Brasil, la Federación y su seleccionador de entonces, Vicente del Bosque, se llevaron al equipo a la fría Curitiba con entrenamientos a 10 grados de temperatura y muchas nubes. Muy diferente a lo que se encontrarían en los partidos que disputaría, que serían apenas tres.

El equipo español debutó en aquel Mundial ante Holanda en Salvador de Bahía. Lo hizo en condiciones sustancialmente diferentes a las que se entrenó. Para ese partido, se encontró con cerca de 30 grados de temperatura y una humedad sustancial que derivó en una tremenda tormenta tropical.

España perdió ese encuentro por un concluyente 5-1 que anunció su precipitado adiós al Mundial. Ni siquiera llegó a las eliminatorias. Y buena parte de las muchas críticas que recibió Del Bosque fue precisamente la elección del lugar de entrenamiento, con el condicionante fundamental de la temperatura.

Lopetegui buscó otra cosa en Krasnodar para satisfacción de unos futbolistas que también prefieren entrenarse con calor antes que con frío. Y lo hizo pensando en Portugal, lo que explica la importancia que le da el entrenador vasco a ese encuentro de debut.

Pero todos saben que será el resultado el que valide o no la elección de su cuartel general. Si su equipo gana, será un nuevo acierto del seleccionador. Si no lo hace, igual habría sido mejor irse a Moscú. Así lo expresó en el día de ayer el delantero español Rodrigo Moreno. "Son factores que pueden tener cierta incidencia en el resultado, pero si ganas no dices nada y si pierdes esos detallitos van saliendo", fue su impecable resumen.

Con calor o frío, ganar es lo único que cuenta.

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