fútbol DIVISIÓN DE HONOR

Lolo aparece al rescate

  • El Cartaya acaba con nueve hombres tras las expulsiones de Sebas y Aitor

Empezaré por el final de la película. El árbitro, auspiciado por uno de sus asistentes, rompió en locura y se cargó una actuación hasta ese momento bastante eficiente. Es posible que los implicados en las expulsiones dijesen cosas impertinentes, es posible. Pero todo fue de boca. Y ahí es donde se miden los colegiados, igual que a los entrenadores en la toma de decisiones cuando tienen que llevar a cabo los cambios para cambiar el caminar de los partidos. El colegiado cordobés, que atiende el nombre de Carlos Caballero Caballero, se puso a disparar en el minuto 62, cuando enseñó a Sebas la segunda amarilla a instancias de su asistente en un forcejeo del atacante cartayero con un defensor del Algabeño, sin intención alguna de hacer daño y comenzó el calvario. Tres expulsados en los locales además del entrenador de porteros, Lobato, y del entrenador, Limón. Una barbaridad en un partido blanco como el Ariel.

Eso fue el final, de locura. Antes, un partido en toda regla, de fronteras abiertas, de fútbol y ocasiones. Una delicia. El equipo de Limón, sabedor de lo que se jugaba, salió al campo a apretar en la garganta a un Algabeño lúcido y futbolero, hablador por los cuatro costados, siempre asociado con la pelota, y siempre desde la defensa, portero incluido, que al final resultó fundamental para el Cartaya, su error, digo, porque cuando el conjunto de Limón estaba contra las cuerdas, apareció Manu Toro para arreglarle la tarde a Limón y sus muchachos.

En la primera parte el Cartaya tuvo unas cuantas claras y sobre todo una de Sebas, en un bis a bis con el portero sevillano que el delantero no pudo resolver cuando se cantaba sevillanas en la grada festejando el tanto que nunca llegó. Minuto 33 de partido. Ajustó tanto que salió rozando el poste. El lamento fue de incalculables proporciones. En todo eso fue el Algabeño el que tuvo la pelota, pero sin resolver arriba, lo que permitió al Cartaya salir una y otra vez. Dos tuvo el conjunto de Tristán en ese periodo, pero sin puntería.

El inicio de la segunda parte fue de cine para el Cartaya. Al minuto de juego, una incursión de Manuel por la banda izquierda con pase a Dani Pérez, de los mejores ayer, la puso el delantero de cara para la llegada de Sebas y el isleño se desquitó de la que tuvo en la primera parte. Para entonces el Algabeño no era el mismo y Tristán se descosía en la banda, porque a renglón seguido el conjunto local tuvo otra clara de Lolo. Balón a córner. Respondieron los sevillanos y Bocanegra firmó en el libro de acta sacando un balón imposible cuando caía al lado opuesto de la pelota.

Momentos después llegó la acción que iba a cambiar por completo el partido. Expulsión dudosa de Sebas, Limón empieza a hacer cambios, todos ellos dirigidos a cederle el campo y el balón al rival y en el 83 de juego empató de penalti el Algabeño por medio de Pipi. Era la consecuencia natural de lo que se anunció desde la expulsión de Sebas y todo lo que vino detrás.

Y cuando parecía que el Cartaya estaba más cerca de perder que de empatar, un error grosero de Manu Toro facilitó el gol a Lolo. Luego, la locura, con el colegiado como protagonista. Habrá que estar atento al acta. Porque Sergio, que estaba en el banquillo cuando fue expulsado, dijo de todo y nada de ello agradable. Fue la recuperación de las pulsaciones por parte del Cartaya en un partido vital. Pero el peaje que paga es altísimo. A ver qué pasa ahora en San José y a ver cómo lo resuelve Limón, que ayer tuvo el santo de cara.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios