El susto forma ya parte del pasado. Javi Guerrero recibió ayer por la mañana el alta médica después de pasar cuatro días ingresado en la Clínica la Concepción de la Fundación Jiménez Díaz en Madrid, después de que sufriera un mareo sin pérdida de conocimiento el pasado lunes, en el día de descanso de la plantilla.

El futbolista, después de acudir a un centro de salud, fue trasladado a dicha clínica, donde se le practicaron desde el martes numerosas pruebas para descartar cualquier tipo de patología. Los resultados fueron negativos y podrá reincorporarse a los entrenamientos el próximo miércoles, aunque no estará esta tarde ante el Atlético de Madrid ni el próximo domingo en el partido que medirá a los albiazules con el Villarreal en tierras castellonenses. La previsión de los servicios médicos onubenses es que no esté a disposición de Víctor Muñoz hasta después de las vacaciones navideñas.

En un primer momento se encendió la luz de alarma porque las noticias que llegaron desde Madrid hacían referencia a su ingreso en un hospital como consecuencia de unos mareos cuyo origen era desconocido. Rápidamente se le ingresó por precaución y se le sometió a varios exámenes.

Los últimos días los pasó en observación y bajo la atenta mirada de los servicios médicos, que aprovecharon para realizar todo tipo de pruebas que permitieran descartar una dolencia coronaria, la cual quedó descartada, tal y como reconocieron los galenos recreativistas y los que le atendieron en el centro hospitalario.

El próximo martes se espera que esté en Huelva para ponerse a las órdenes de Víctor Muñoz lo antes posible y poder así recuperar el tiempo perdido, pese a que no estará todavía para El Madrigal.

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