Celta -Recreativo

Infortunios y errores (4-1)

  • El Decano se adelantó en el marcador, se anotó un gol en propia puerta y regaló el segundo de su rival .El tanteo no refleja la realidad de un encuentro en el que el Recre mereció más.

Cuando se unen sobre el terreno de juego el infortunio y los errores surge un peligroso cóctel para quien debe sufrirlo. El Recreativo fue mejor que el Celta. Lo fue durante al menos una hora de partido. Lo tuvo en su mano durante toda la primera mitad y lo puso contra las cuerdas. Le faltó la capacidad para rematarlo. Sin embargo, se encontró con la crueldad del fútbol y sus propios fallos para poner en bandeja a los gallegos lo que realmente no habían merecido.

Con tres principios claros saltó el Decano a Balaídos. Uno tenía que ver consigo mismo, el otro con el rival, y el tercero debía ser consecuencia de los anteriores. Alertaron los propios recreativistas durante la semana que pagan en exceso el letargo de los minutos iniciales. Cervera debió apretar en el vestuario a los suyos. Apenas unos instantes bastaron para comprobar que la torta del comienzo contra el Deportivo no se iba a repetir. Los albiazules pisaron el feudo gallego con otra intensidad, la precisa. Ni más ni menos que la necesaria para poder llevar a buen término el segundo de sus objetivos: incomodar al Celta.

El equipo de Paco Herrera está hecho para tener la pelota, dominar y marcar los tiempos. El Recre le dio la posesión pero le impuso dónde y cómo debía tocarla. El control fue onubense.

La suma de ambos elementos debía abrir la puerta al tercero. Con un oponente cada vez más atrapado en su propia red, el cuadro onubense se permitió desplegar su contragolpe. El Celta cometió el error, forzado por el Recre, de desesperarse muy pronto. Dio síntomas de nerviosismo sin apenas llegar a la media hora. Con un mundo por delante empezó a tener prisas y cometer imprecisiones que los de Cervera no iban a malgastar.

El gol rondó poco las dos porterías durante la medida hora inicial. La más clara la tuvo el Celta en una acción que Manu detuvo de forma extraordinaria a los 20 minutos. Fue todo lo que pudo ofrecer el equipo gallego en toda la primera mitad. El Recre, por su parte, dispuso de una buena opción con Asen que Sergio desbarató, aunque el asistente había levantado el banderín. A Matamala le faltó muy poco para alcanzar un pase perfecto o un milímetro de pie para controlar el esférico.

Tuvo que ser el hombre de Balaídos. El futbolista que mejor rinde sobre el césped gallego. Pablo Sánchez renovó su idilio con Vigo. Es cierto que falló el mano a mano con Sergio, pero la definición tras el rechace estuvo a la altura de sus actuaciones en este escenario.

El Recre lo hizo todo, mucho más de lo que le correspondía. Hizo una primera parte sobria y efectiva y una segunda en la que sus regalos dieron al Celta la vida y los puntos. Después de responder a todas las exigencias del encuentro con suficiencia, sus propios errores lo condenaron a una dura derrota.

La fortuna fue cruel con el Decano. No mereció el desenlace del partido. Si un rival del potencial del Celta te gana entra dentro de lo posible, pero no de la forma en que se produjo. Primero la suerte le jugó una mala pasada a Manolo Martínez cuando al intentar despejar acabó rematando involuntariamente contra su portería. El tanto coincidió con la fase de mayor presión local. Los gallegos asumían riesgos para buscar el empate. Era el momento de asestar el golpe definitivo a la contra. En lugar de hacerlo, el Recre le regaló la igualada.

Si no fue suficiente ese palo, apenas unos minutos después un fallo defensivo brindó a Iago Aspas la posibilidad de lograr adelantar a los suyos (68').

Lo que siguió fue un sacrificio heroico de los albiazules que se volcaron a por la igualada de nuevo. Le quitaron la pelota al Celta y Berrocal llegó a tener el 2-2 en sus botas. El ariete falló.

Mientras el duelo siguiese abierto iban a tener opciones los de Álvaro Cervera. El técnico se la jugó con todo dando entrada a Jesús Rubio y Fidel. Merodeó el área de Sergio, pero ya era tarde. En cambio, la pegada y la calidad del Celta maquilló un marcador excesivamente abultado para los méritos de cada uno. Orellana resolvió con calidad ante Manu, providencial en algunas intervenciones. Iago Aspas puso el irreal y anecdótico 4-1 con el que concluyó el encuentro.

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