El Recreativo se movió frente al Athletic entre dos vivencias: un primer tiempo para disfrutar sin rematar las ocasiones claras de gol y un segundo tiempo de impotencia y desilusión que terminó por agotar muchas posibilidades de supervivencia.
El Athletic se resguardó en su fútbol tosco, de pelotazos y sacando a relucir sus opciones de faltas sin rentabilizar al desplazado Llorente hasta que Aduriz entró en acción en la reanudación para imprimir velocidad y asumir el riesgo frente al desajuste de los centrales en el empate.
Carlos Martins asumió la ejecución de la estrategia para apurar a un nervioso Armando y Sinama Pongolle aglutinó el caudal ofensivo del equipo. Marco Ruben falló todo lo que intentó. El desgaste de los volantes, Varela y Camuñas, contrastó con la poca precisión en los centros. El Recreativo no lanzó a portería en los últimos 25 minutos. Ersen Martin y Javi Guerrero, sin opciones como revulsivos.
Defensa
Sólo el voluntarioso Poli con ubicación de lateral, el resto un cupo de centrales dispuestos para rendir a base de ayudas y conocimientos. Quique Álvarez fue el más contudente y Zahinos se aplicó como mejor pudo. Un mareo de Beto lo dejó fuera en el descanso y Bouzón alternó acciones notables con carencias propias de lateral hasta acabar expulsado. Sorrentino evitó opciones bilbaínas y no se entendió en el gol encajado con sus centrales en la fase conformista.
Ataque
Carlos Martins, en colaboración con Amorebieta, y Sinama congregaron el poder atacante, entre la estrategia y su presencia en el área. Un primer tiempo fluido, de rápidas transiciones y creando ocasiones de gol. Marco Ruben, inoperante, mientras que Camuñas y Varela se desgastaron en ayudas y presión. En la segunda parte, Sinama dispuso de dos sin definir. Ersen Martin y Javi Guerrero, sin opciones.
Virtudes
El equipo mostró predisposición y no remató el buen primer tiempo con las claras ocasiones.
Talón de aquiles
Tantos cambios de centrales se pagó caro con las imprecisiones.
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