La marchadora internacional onubense Laura García-Caro manifestó ayer que está dispuesta a “luchar hasta el final por conseguir un gran resultado” en sus primeros Juegos Olímpicos.

La atleta de Lepe, de 26 años, apura sus últimos días de entrenamiento en el CAR de San Cugat del Vallés (Barcelona) antes de viajar a Tokio la semana que viene y, tras 24 horas en la capital nipona, desplazarse a Sapporo, donde el 6 de agosto disputará los 20 kilómetros marcha.

García-Caro detalló que llega “en un gran estado de forma” y con “un poco más de experiencia”, y dijo que se ve como “una competidora más de nivel” dentro del grupo de aspirantes a estar en las primeras competiciones.

“Va a ser una competición dura, por condiciones y por el nivelazo que se presenta”, previó la onubense, que consideró que “en Sapporo hará menos calor que en Tokio, pero hará”.

Indicó al respecto que “dependiendo de cómo salga el día, variarán los ritmos y la competición”, por lo que apuntó que “hay que ser previsores” en una prueba en la que, además de las atletas europeas que aspiran a estar delante, suma como más peligrosas a las marchadoras de “de China, Japón y Ecuador”.

A pocos días de cumplir un sueño que se retrasó un año por la pandemia, señaló que “es lo que tocaba en estos momentos, por la salud mundial” e indicó que no ve “negativo que se hayan retrasado los Juegos” porque la “pillan algo más preparada”. No obstante, reconoció que a estas alturas está “con muchas ganas de que lleguen”, especialmente por “la emoción que esta experiencia provoca” y por ver “a muchos deportistas allí”.

“Es mi última semana y estoy con ganas ya de viajar”, expresó Laura García-Caro, a quien le han comentado que en Tokio está “todo controlado”.

Recordó que ya estuvo concentrada con el equipo nacional de marcha hace unos años en Tokio y pudo conocer algo la sede olímpica y, entre otros asuntos, comentó que “lo más duro es estar lejos de la gente” que quiere “tanto tiempo” y “lo más bonito”, ver cómo va “cumpliendo sueños con los años”.