La selección española de balonmano femenino afronta el campeonato del Mundo que arranca hoy en China con la intención de ratificar la sorpresa que protagonizó el año pasado, cuando se proclamó subcampeona de Europa, y asentarse en la élite. Un objetivo nada sencillo para las pupilas de Jorge Dueñas, ya que el equipo nacional cuenta como mejor resultado en las tan sólo cinco ediciones mundialistas en las que ha participado con la quinta plaza lograda en el Mundial de Croacia 2003.

No obstante, el conjunto español que repite prácticamente el mismo bloque con el que logró la medalla de plata en el Europeo de Macedonia. El primer objetivo será superar una primera fase en la que España se medirá con la anfitriona, Costa de Marfil (hoy, a las 10:30), Argentina, Kazajistán, China y Corea del Sur. Con la excepción de China, dada su evolución y carácter de anfitrión, y Corea del Sur, un claro aspirante a las medallas, las rivales son accesibles para el conjunto nacional.

Más complicado se perfila el panorama en la segunda fase, en la que con casi toda probabilidad España se enfrentaría con dos clásicos como Rumanía y Hungría, así como con Noruega, la vigente campeona olímpica y el equipo que arrebató el oro a España en el Europeo.