Vibrante encuentro entre los dos primeros de la tabla, un Bollullos que hasta ayer llevaba pleno de victorias en casa y un Pinzón que sigue como líder.

Los locales recibían al líder después de haber perdido el domingo en Huelva ante Los Rosales. Un choque que dio mucho de sí por los graves incidentes que tuvieron lugar en el estadio capitalino. Un jugador bollullero recibió un botellazo, los aficionados recibieron el impacto de un mechero y tras el segundo gol del conjunto entrenado por Jandro Infante, los seguidores locales invadieron el terreno de juego entre burlas e insultos.

Todo esto tuvieron que sufrir el Bollullos y su afición en su desplazamiento a Huelva, pero lo sucedido ante el Pinzón tampoco dejó indiferente a nadie. En este caso no por incidentes violentos, sino por el protagonismo que ganó el colegiado con su actuación determinante en un partido que puede ser decisivo a final de temporada.

Arrancó el duelo con ambos equipos con las ideas muy claras, el trato exquisito por el balón y la lucha por la posesión se convirtió en algo prioritario. Los de Luis Alberto Pérez Lira fueron los primeros en probar fortuna disparando a la portería de Camacho.

El Bollullos tomó el control y fue el que más veces probó fortuna con una ocasión tras otra, poniendo en dificultad a la defensa palerma. En un lanzamiento de córner muy cerrado, Sergio Chama aprovechó la mala salida del meta palermo para empujar la pelota al fondo de las mallas desatando la locura en las gradas (1-0) en el minuto 23.

Este tanto hizo daño al equipo palermo, que apenas encontró puerta gracias al buen trabajo de la escuadra condal en defensa, precedida también por una gran presión de los delanteros bollulleros que hacía prácticamente imposible que el Pinzón pudiera sacar el balón jugado de manera cómoda. Al descanso, el Bollullos ganaba en el marcador con justicia y el ambiente en el campo era sensacional.

La segunda parte ofreció otros 45 minutos intensos de fútbol, pero desgraciadamente varios errores arbitrales condicionaron el resultado final. Toscano Campomanes decretó un penalti más que dudoso a favor del Pinzón por una mano de un jugador condal dentro del área. Una jugada en la que el defensor tocó el balón de manera totalmente involuntaria, pero la interpretación del colegiado hizo que la pena máxima se efectuara, dando lugar al lanzamiento de Rubén Negrete, delantero que entró en la segunda mitad y que consiguió batir por bajo a Josué (1-1, m. 63).

A raíz de la polémica creada con esta decisión, el partido prosiguió su curso con lances cada vez más discutidos por ambos equipos; la zona de banquillos era un hervidero. Aunque sólo se jugaban tres puntos, todo el mundo sabía que lo que estaba en juego era mucho más. Primero el liderato y después la oportunidad de pisar al rival de cara a esa lucha por la liguilla de ascenso.

Sergio Chama brilló en el Bollullos y realizó varias jugadas que hicieron levantar a los aficionados de sus asientos. En el Pinzón se echó en falta a Abelardo, el pichichi fue marcado por la pareja de centrales condal y prácticamente no tocó bola.

El final del encuentro se convirtió en un escenario que dejo muy enfadada a toda la parroquia bollullera, pues en el minuto 88 cayó derribado Manu Raposo en el área del Pinzón, después de que el portero Camacho lo frenara cuando se cantaba el gol. Se reclamó penalti pero el árbitro condenó la acción sacando tarjeta al propio Manu por simular la caída.

Tablas en el marcador y el Bollullos se marchó a los vestuarios quejándose de esas decisiones que afectaron al resultado. Eso sí, partido muy completo, serio e intenso por parte de ambos equipos que demostraron porqué están en la zona más alta de tabla.