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Deferr no se apea del podio

  • El español logra la plata en la final de suelo y encadena su tercer podio tras sus oros en Sidney y Atenas · El chino Kai se proclama campeón, como su compatriota Qin en caballo con arcos

Gervasio Deferr aumentó el brillo de su rico palmarés olímpico con una medalla de plata en la final de suelo de los Juegos de Pekín, sólo apeado del escalón más alto por Zou Kai, del hasta ahora imbatido equipo chino masculino.

Deferr suma esta medalla a las dos de oro que ya había ganado en Sidney 2000 y Atenas 2004, ambas en salto.

Ni el brasileño Diego Hypolito ni el rumano Marian Dragulescu, los dos rivales con los que en principio se iba a jugar las medallas, supusieron hoy un obstáculo para Deferr. El ganador fue Zou Kai, de la nueva generación de gimnastas chinos y el único que cruzó la barrera de los 16 puntos, con un 16,050. Arriesgo más que nadie y se la jugó en todas las esquinas sin cometer ni un error.

Deferr, último en actuar, salió al tapiz después de ver los fallos de Hypolito y de Dragulescu. El primero, campeón mundial de la especialidad en 2007, por delante del español, llevaba un ejercicio digno de medalla de oro, con una segunda diagonal vertiginosa que clavó en el suelo, cuando en la serie de salida no tomó suficiente altura y cayó sentado.

Se echó las manos a la cabeza nada más terminar, consciente de lo que había perdido: nada menos que la primera medalla olímpica en gimnasia para Brasil.

Dragulescu, el que presentaba mayor nota de partida, también aterrizó sentado después de su segunda diagonal. Al subcampeón de suelo en Atenas y viejo rival de Deferr, tanto en este aparato como en salto, ese pequeño fallo, el único que tuvo, le costó la medalla. Su 14,850 no daba acceso al podio. Fue séptimo, por detrás de Hypolito.

Deferr comenzó a competir con Zou Kai, el ruso campeón de Europa Anton Golotsutskov y el alemán Fabian Hambuechen en las posiciones de cabeza. El chino parecía inalcanzable y el español aseguró sus diagonales con una pequeña separación de piernas apenas perceptible. Un pequeño titubeo en un sanpedro le alejó más de un oro que era prácticamente inalcanzable.

En definitiva, nota final de 16,050 para el gimnasta de Sichuan y 15,775 para el ya triple medallista español. El bronce fue para Golotsutskov, que había sido séptimo en la clasificación. Hizo 15,725.

En la otra final masculina disputada ayer, la de caballo con arcos, el equipo local siguió acaparando oros con el de Xiao Qin. El triple campeón mundial superó, con una nota de 15,875, al croata Filip Ude, primer medallista olímpico de su país en gimnasia, y al británico Louis Smith.

Tras la caída que le costó la final en Atenas, y habiendo ganado todo desde entonces, Xiao por fin se tomó su venganza y lo celebró escuchando el himno de su país, en la ceremonia de entrega de medallas, firme y saludando como un soldado.

La final femenina de salto ofreció uno de esos valiosos momentos a mayor gloria del olimpismo y de su protagonista, la ex soviética, ex uzbeka y ahora alemana Oksana Chusovitina. Por encima de la victoria de la norcoreana Hong Un Jong, cuyo mejor resultado era hasta ayer un cuarto puesto mundial en 2007, de la final quedará la gesta de Chusovotina, de vuelta en el podio olímpico con una plata, 16 años después de su primera medalla, en Barcelona 92 con el Equipo Unificado.

Con una nota de 15,575, Chusovitina sólo estuvo por detrás de Hong, con 15,650. La china Cheng Fei con sus 15,562 ganó el bronce, que suma el oro por equipos. La brasileña Jade Barbosa, bronce mundial absoluto en 2007, terminó séptima en la final. No consiguió clavar ninguno de sus saltos y fue puntuada con 14,487.

Otra brasileña que apuntaba a medalla, Daiane Santos en suelo, tuvo la desgracia de salirse dos veces del tapiz, a mitad de ejercicio y al final, en un día realmente desafortunado para la gimnasia de Brasil, por lo que podía haber alcanzado y finalmente dejó escapar. El oro fue para la rumana Sandra Izbasa, primera victoria de su país en la gimnasia de Pekín 2008.

Cuando parecía que el triunfo iba a ser cosa de las estadounidenses Shawn Johnson y Nastia Liukin, Izbasa cerró la competición con un ejercicio ágil y preciso puntuado con un 15,650, por delante de los 15,500 de Johnson y los 15,425 de la campeona del concurso completo, Liukin.

Cheng Fei no estuvo aquí acertada y le costó lágrimas de tristeza una caída que la dejó fuera del podio. Sólo le queda una oportunidad de ganar un oro individual, el martes en la final de barra.

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