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El Clásico argentino se juega en Huelva

  • La vuelta de la final de la Libertadores es un patrimonio del planeta fútbol que se vive con enorme pasión donde quiera que haya un aficionado de River Plate o de Boca Juniors

  • Patricio Martín, Guillermo Vila y Ricardo Ríos, tres argentinos residentes en Huelva, cuentan como viven el encuentro

Millonarios y xeneize onubenses posan con la bandera de Argentina.

Millonarios y xeneize onubenses posan con la bandera de Argentina. / Antonio Carrasco (Huelva)

El clásico argentino es mucho más que un partido, y no precisamente por los lamentables incidentes que rodearon la vuelta de la final de la Libertadores y la imagen que trascendió. Lo es por todo lo que representa. Es un patrimonio del planeta fútbol que trasciende fronteras, que se juega y vive donde quiera que haya un argentino de Boca y otro River. Es una rivalidad eterna que trasciende las generaciones. En Huelva también se vive. Xeneizes y millonarios se preparan con la misma pasión que si la desembocadura del Tinto y el Odiel fuese el añorado Río de la Plata. Quedan días para la cita en el destierro del Bernabéu, pero el clásico ya ha comenzado en esta tierra.Con bromas entre bosteros y gallinas comparten mesa dos mendocinos y un bonaerense que llevan años instalados en tierras onubenses. Patricio Martín (58) y Guillermo Vila (71) lucen la franja roja de River cruzada al pecho mientras Ricardo Ríos (59) defiende en minoría aquello de la mitad más uno de la que tanto presume Boca en su tierra. La rivalidad bien entendida no va más allá de las bromas y las apuestas sanas. Al calor de un te comparten recuerdos del Monumental y la Bombonera con morriña. Hay algo en lo que se ponen de acuerdo sin dudarlo, al primer sorbo. El Clásico argentino “no tiene comparación con ningún partido en el mundo”. Ricardo sostiene que “sólo el Madrid-Barcelona puede compararse si fuesen de la misma ciudad por el contacto que ese supone”. Guillermo matiza que “en Argentina se vive con mucha más pasión, con más rivalidad de lo que pueda ser aquí”. El fútbol argentino queda así definido por Patricio como “pasional. Sólo un brasileño siente más pasión por este deporte que un argentino”.Verán el partido por televisión. Acudir al Bernabéu se ha convertido en un imposible para los miles de argentinos que viven en España. A las limitaciones de aforo se suman los precios. Patricio señala que en la reventa “ya están a más de 700 euros las entradas y subiendo”. Recuerdan partidos en sus estadios. Guillermo acudió al Monumental “junto a mis hijos antes de venirme a vivir a España como despedida. Fue decirle adiós a mi país”. Para Ricardo, la Bombonera es “muy especial”. Bromean con el peso de cada hinchada sin llegar a un acuerdo. Es imposible. Sin embargo, hay un punto que los une sin fisuras. Muestran su estupor porque “en España la gente es más de su equipo que de la selección”, se sorprende Guillermo mientras Patricio sentencia: “En Argentina la celeste y blanca es sagrada, cuando juega la selección da igual el deporte que sea no hay más colores”.

Los incidentes que provocaron la suspensión nos avergüenzan a todos los argentinos

Los incidentes que enturbiaron la que debía ser la vuelta en el Monumental “nos averguenzan a todos los argentinos”, lamenta Guillermo. Surge el debate sobre la violencia en el fútbol nacional. La palabra vergüenza se repite de uno a otro. Ricardo sostiene que los altercados se produjeron “por una venganza por la detección de barras bravas unos días antes”. Estos grupos de radicales incontrolados “tienen secuestrado al fútbol argentino. Para Patricio no son seguidores sino “delincuentes con camisetas, mercenarios que utilizan el fútbol pero en realidad están al servicio de quien mejor les pague”. Incluso con la victoria de Boca, Patricio habría entendido como lógico “que eliminasen a River porque el país no merecía una imagen así”. Culpan a los dirigentes porque “son responsables de todo lo que pasa en los estadios porque los usan hasta que se les descontrolan y ahora son ellos los que mandan en muchos clubes”. Tienen claro que Madrid “no va a pasar nada”.

Solo un Madrid-Barcelona puede ser comparable a un River-Boca aunque además allí es todo en la misma ciudad

A las puertas del duelo del Bernabéu resulta imposible ponerlos de acuerdo. El 2-2 de la ida convierte la vuelta en un partido a cara o cruz, en la final de todas las finales. “River juega mejor como equipo”, defiende Patricio, aunque Ricardo replica que Boca “es más pasión, más carácter y pegada”. Ahí le da la razón su compatriota porque “en este último fin de semana precisamente ganó a Independiente precisamente por esa pegada, por las individualidades que tiene”. Para ganar, “River tiene que jugar bien y a Boca le vale con aprovechar sus oportunidades”, resume Guillermo.

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