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El Ciudad de Huelva agranda su leyenda

  • La plantilla corrobora su profesionalidad y gana en Melilla en un irregular partido

El Ciudad de Huelva agranda su leyenda. El equipo onubense logró despedir el año con un triunfo balsámico que mejora su situación deportiva y corrobora la profesionalidad de sus jugadores. Los de Pepe Rodríguez, en un encuentro irregular, superaron al Melilla en un partido en el que Oriol Junyent marcó las diferencias.

Y eso que la semana no había resultado motivadora. La dimisión del consejo de administración, la grave crisis económica y la incertidumbre sobre el futuro no eran los factores más favorables para que el CB Huelva despachara un buen partido. Lo normal es que todo lo sucedido se reflejara en la cancha pero el técnico supo incentivar a los suyos para que no agravaran más la crisis y lograran una victoria que debe de servir para reconducir el proyecto. Después de dos derrotas, los blanquiazules se rehabilitaron en Melilla superando además la ausencia de Romeo Von Travis.

Salió el Melilla muy concentrado, con los seis primeros puntos de Southall, el buque insignia de los melillenses en la zona. Un triple de Gloger ponía el 9-2 en el marcador y encendía las alarmas en los onubenses, que no podían con un Melilla que defendía bien, hacía circular el balón con criterio y ejecutaba rápidas transiciones que superaban a los de Rodriguez. Sólo Drame daba señales de vida, pero él sólo no podía mantener todo el entramado onubense. En los momentos más difíciles para los visitantes, despertó Junyent, que se erigió en protagonista hasta el final y el Ciudad de Huelva fue otro equipo.

En el segundo cuarto, ambos conjuntos intercambiaron canastas con rapidez. Un triple de Josemi García fue contestado al instante por Ross Schraeder, y poco a poco las diferencias se estrecharon (29-27), lo que obligó a Paco Olmos a solicitar un tiempo muerto. El encuentro entró en una fase de mucha igualdad y ninguno de los dos equipos quería perder la estela antes del descanso y fue el Ciudad de Huelva el que, con un triple de Chris Hernández, se puso por delante en el marcador, pero entre Southall y Gloger le dieron de nuevo la vuelta al electrónico para llegar al intermedio con las espadas en alto (39-37).

En el segundo tiempo, el Melilla se encontró con un rival que salió a la cancha con valentía y convicción para romper el partido y un triple de Drame ponía un 41-45 a falta de siete minutos. El encuentro entró entonces en una fase de locura, donde ambos equipos realizaban rápidas transiciones de defensa-ataque que concluían con mala selección de tiro. Ambos compartían errores y el marcador estaba parejo, aunque una canasta de Schraeder puso por delante a los de Rodríguez (52-54), ventaja que amplió Ermolinski aprovechando el bajón de los locales.

En el último cuarto, un triple de Van Lacke enmudecía la grada del Ciudad de Melilla (52-58). El argentino se hizo notar en esta fase y con su aportación el Ciudad de Huelva se fue de nueve puntos (54-63). Olmos sacó a pista a Southall y el americano consiguió recortar diferencias, ayudado por los errores del CB Huelva (62-63), con una jugada de dos más uno del pívot.

Los últimos minutos parecían una apuesta para ver quien fallaba más. La ansiedad atenazó a los dos equipos y los errores en ataque se convertían en reiterativos, pero un triple de Chris Hernández a falta de cuatro minutos, llenaba de ilusión a los de Rodriguez, que se veían superiores ante un rival obligado a jugar a remolque. Pero el Ciudad, pese a su ventaja, cometió errores y dio facilidades a un rival que no supo aprovecharlas.

El Melilla no supo administrrar sus posesiones y terminó siendo víctima de sus propios errores. Una canasta de Schraeder a falta de dieciséis segundos se convirtió en la sentencia del partido, que remachó Junyent con los dos postreros puntos que certificaban el triunfo.

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