La Agrupación Deportiva Cartaya ha tenido que esperar a la penúltima jornada en Segunda B para certificar su permanencia en Tercera. La victoria del Cádiz B por 1-2 ante el Mensajero le ha clarificado el futuro a la entidad rojinegra, que jugará en el grupo décimo la próxima campaña.

Al margen de la celebración por la consecución del objetivo único y prioritario, la entidad debe hacer un balance exhaustivo de lo que ha sido la temporada. Comenzó mal por la contratación de un entrenador que no convenció a nadie desde el minuto uno. Y siguió el entuerto por firmar jugadores sin nivel para competir en una categoría tan exigente. Fichajes que dependieron siempre del gusto del técnico que arrancó la campaña.

Lo bueno de todo es que al club no le tembló la mano a la hora de destituirlo. Ese cambio originó la reacción que al fin y al cabo dio la permanencia. Pero debe aprender de los errores. Porque en esta categoría si te equivocas, lo pagas caro. De hecho, a pesar de la reacción, se ha salvado por los pelos, cuando había plantilla, tras los refuerzos en el mercado invernal, para haber hecho algo más interesante. De hecho, hubo momentos en los que el Cartaya estaba haciendo números de play-off.

El gatillazo en el fichaje de Wocjik a pesar de los once goles, la portería, hasta la llegada de Nauzet, las lesiones de larga duración de Mario, José Díaz y Manuel y la baja forma de otros en el tramo decisivo de la temporada, lastraron que la Liga se endulzara de otra forma para el Cartaya.

A eso hay que añadir que jugadores que acabaron la temporada con un gran número de minutos, no han aportado lo que se esperaba, quizás porque precisan un rodaje en otra categoría inferior para adquirir tablas y contenido competitivo.

El caso es que la dirección deportiva y los que decidan el esqueleto de la plantilla tienen que hilar fino. El año en Tercera ha debido dar para percatarse de lo que se puede hacer y no. Y el Cartaya parte con ventaja, al menos en principio para ir a por jugadores que eleven el nivel sin necesidad de tener que tirar de chequera. Eso sí, la planificación debe comenzar cuanto antes.

Por otra parte, se prevé la continuidad de Amate en el banquillo. A pesar de acabar la Liga pidiendo socorro, su trabajo y los jugadores que firmó el onubense permitieron una reacción que ha valido la permanencia.