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Cartaya - Ciudad de Lucena (1-1): Un punto que sabe a una victoria

  • El Cartaya suma un empate de mérito ante un poderoso rival

  • Marcó Rubén Cabezas, de penalti, para los locales

Celebración del empate del Cartaya.

Celebración del empate del Cartaya. / Rafael García Rebollo

Hay puntos que saben a gloria bendita y que puede suponer más que un triunfo y me explico. Asoma un ogro en Cartaya, el Ciudad de Lucena y para colmo, el conjunto de Amate se presentaba cogido con alfileres. A saber. Franci Ruiz, Novoa, Ponce y Kike Llamas eran bajas y Manuel tuvo que jugar infiltrado, por lo que solo aguantó la primera mitad. Así el panorama, ganar era una meta de incalculables proporciones y en la primera parte, el conjunto cordobés se encargó de ponerlo de manifiesto, con un juego vertical, basado en lo físico y en la presión que dejó al Cartaya en harapos.

Mucha culpa de ello la tuvo la propuesta local. Ni el fútbol ni la vida es blanco o negro. Y Amate dejó sin dientes a su equipo en el inicio, quizás, y digo quizás, pensando en desgastar al rival a base de tener la pelota para meterle la dinamita en el segundo tiempo. Pues ni una cosa ni la otra. El Ciudad de Lucena apretó piernas y presión y ahogó a un Cartaya que no se sostenía. Entre otras razones porque la pelota siempre la veía pasar de largo. Un suplicio.

Sin Fran Palma y sin Wocjkic, Rubén Cabezas era la referencia y perdió todos los duelos ante los centrales enemigos. Para colmo, el centro del campo no comparecía, ahogado por la presión cordobesa. Sin embargo, la mejor ocasión le cayó al Cartaya, concretamente a Tavira, que apretó a Choco, éste se hizo un lío, se la dio y Tavira, solo ante Jesús Navajas la tiró fuera. Increíble.

Solo un minuto después, Diego, una pesadilla, metió un punterazo tras una pared y retrató el primer tiempo de los locales.

Viendo Amate que con esa propuesta no iba a ninguna parte, se lió la manta a la cabeza en el descanso y metió dinamita. Quitó a Lolo y a Manuel y puso a Wocjkic y Fran Palma. Solo por inercia, el Cartaya se estiró y forzó a los cordobeses a mirar por el espejo retrovisor por primera vez en el partido. Tanto se estiró el conjunto de Amate que Rubén Cabezas se inventó un penalti que él mismo transformó en el 62 de juego. El chico, que debe tener sangre de horchata, lo tiró a lo Panenka y desató el delirio en las gradas.

De ahí al final, un quiero y no puedo del Ciudad de Lucena con el Cartaya como gato lleno de uñas afiladas. Fue un punto de enjundia por las circunstancias, todas adversas para el Cartaya. Con dos lecturas claras. La primera que no se puede salir a un campo de fútbol sin dientes y la otra que cuando hay fe, se mueven las montañas.

De momento el Cartaya no sabe ganar en casa. Pero hay puntos que son victorias aunque después la clasificación diga todo lo contrario. 

Ficha técnica

Cartaya: Marcos Montaño, Manuel (Fran Palma), Pepe, Mario Díaz, Alex Barragán, Miguel Fernández (Alfie Lucas), Juanma Galán, Marcos Tavira, Lolo Contreras (Wojcik), Antonio Molina, Rubén Cabezas (Ángel).

Ciudad de Lucena: Jesus Navajas, Choco, Diego (Pino), Nacho, Ranchero, Antonio Jesús, Marcos, Sergio, Biedma (Javi Hervás), Dani Espejo, Awana.

Goles: 0-1 min.17 Diego; 1-1 min. 62 Rubén Cabezas (P).

Árbitro: Cruz Navarro del Colegio sevillano. Mostró cartulina amarilla por los locales a Marcos Tavira y Mario. Y por los visitantes a Awana, Jesús Navajas, Antonio Jesús y Ranchero.

Incidencias: Estadio Luís Rodríguez Salvador. Unos 400 espectadores.

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