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Carolina Marín lo hace fácil para meterse en una nueva final del Campeonato de Europa de Bádminton

  • La onubense vence 21-14 y 21-13 a la turca Neslihan Yigit y luchará por su sexto europeo este sábado

Carolina Marín celebra un punto de su partido de semifinales.

Carolina Marín celebra un punto de su partido de semifinales. / EFE / Rodrigo Jiménez

Ir a remolque de Carolina Marín en un partido es prácticamente remar contra un temporal que no te va a dejar llegar a la orilla. El dato que falta saber es cuándo precisamente se da cuenta la rival de que empieza a desaparecer su nombre del cuadro principal. Algo parecido ocurrió en las semifinales del Campeonato de Europa, que se juega en Madrid, y que cuelga el cartel de no hay billetes porque todo el mundo quiere ver cómo juega la que es, seguramente, la mejor jugadora de bádminton de la historia. Frente a la onubense estaba la turca Neslihan Yigit, quien poco pudo hacer para desestabilizar a quien ha ganado este campeonato hasta en cinco ocasiones. 

Y poco pudo hacer porque Carolina salió, incluso más concentrada y seria que en cuartos de final. O, al menos, esa fue la impresión. El primer set fue de manual para la volantista española. Le dio tiempo a mostrar sobre el tapiz las diferentes formas de sumar puntos en el marcador como si fuera una clase magistral, en la que también hubo errores. Para que cuando enseñen el vídeo en las escuelas todo el mundo sepa las posibilidades que da una raqueta y un volante. Y para que disfruten de lo que da de sí el giro de una muñeca. Porque eso no se puede enseñar, ni aprender. Es el problema de esto. Que Carolina Marín hay una. Y no se puede clonar. 

Cuando se quiso dar cuenta Neslihan Yigit estaba secándose el sudor con un parcial de 11-5. Si Carolina está en ese plan, las opciones son casi inexistentes. La lógica se impuso y el marcador figuró un 21-14 en el primera parcial. 

Además de la superioridad absoluta de la onubense en este tipo de escenarios en los que no saltan asiáticas en el tapiz; hay que sumar la madurez que gana cada año alguien que siempre está acostumbrada a disputar este tipo de partidos. La experiencia es un plus de saber estar bajo los focos. Y la presión de ganar sí o sí apenas se nota, aunque la procesión vaya por dentro. Las emociones se contienen y solo alguna sonrisa dejó escapar la volantista española durante un segundo set que fue coser y cantar. Apretó la jugadora turca, tras cambiar algún registro, y llegó más cerca al descanso con un 11-8. Pero esta historia termina siendo un bucle que el circuito ya se conoce pero que nadie sabe cambiar. Carolina terminó venciendo 21-13. Ahí se rompió. Y lloró Carolina. Solo ella sabe lo que cuesta ser la mejor del mundo. 

Este sábado saltará al tapiz para disputar una nueva final. Ante la escocesa Kirsty Gilmour. Se conocen. Tanto que Carolina ya le ha ganado dos finales del Campeonato de Europa. Si gana nuevamente, se colgará el oro. Otro. Por sexta vez en un Campeonato de Europa. Poco más se puede decir ante semejante palmarés. 

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