En los momentos duros y de dificultad se crean vínculos eternos. Son tantos los vividos por el Decano y el recreativismo durante tantos años que en la actual tesitura la soldadura que fija al equipo con la grada lo resiste todo.

El viento, la lluvia, el frío y el horario no pudieron con los leales. En tientos de zozobra el Decano presume quincenalmente del grupo de incondicionales que demuestran estar siempre ahí. Contra la UD Las Palmas fueron casi 3.000 los que desafiaron a la climatología para no desamparar a los suyos. Pocos, muy pocos, pero que reconocieron el esfuerzo del equipo.

La situación extradeportiva por la que atraviesa la entidad no pasó desapercibida. El palco se llevó críticas de los aficionados, viviéndose algunos instantes de tensión. No fueron las únicas. También las hubo hacia algunos jugadores, centrando Braulio las mayores iras. El canario además replicó con gestos irónicos hacia la grada recreativista.

En momentos duros por los retrasos y los impagos, los futbolistas pudieron sentir el apoyo de su afición, que se mostró cariñosa y valoró sobremanera el esfuerzo de Oltra y los suyos en el tramo final del encuentro. Ante el líder y en las peores circunstancias posibles el Recre dio la cara cuando a partir del minuto 60 trató de reponerse al fuerte varapalo.

El Recre afronta la semana de su 125 aniversario con más distracciones externas de las que cabría esperar. En unos días habrá nuevo himno, una gala reivindicativa de su efemérides en la que se impondrá una distinción especial a 125 personalidades, el recuerdo a los ausentes y una cena de gala. Y junto a todo ello una junta de accionistas decisiva. Demasiados frentes abiertos tiene el Recre que resolver antes de que acabe el año y venga otro con nuevas miras.