El Campillo se llevó los tres puntos en litigio en un encuentro que mereció vencer porque fue el único que creyó en la victoria y la buscó con ahínco.

A pesar de su dominio, la falta de profundidad hizo que resultase un triunfo agónico porque el partido se decidió en los últimos minutos. En las últimas jornadas, la suerte no estuvo aliada con la escuadra adiestrada por Antonio Espinosa. Quizá ésta fuese una fuerte losa, unida a que el equipo visitante es un rival directo en esa zona baja, para que los inicios de éstos en el día de ayer fueran muy tímidos y quizá precipitados en el pase y la entrega.

Poco a poco fueron cogiendo confianza, adueñándose de una línea media que los visitantes dejaron a su cargo por intentar sorprender por banda izquierda con las rápidas coladas de Julián, que era la clara baza ofensiva de los serranos en esta primera mitad.

Hubo excesivo centrocampismo que de vez en cuando se rompía en los momentos en que los campilleros usaban su medio de escape, que no era otro que sus salidas por las bandas.

Durante la primera mitad tanto Pinilla II como Rubén fueron un auténtico incordio para la defensa repilense. De todas formas, sólo destacar como auténtica jugada con marchamo de gol la protagonizada a los 43 minutos por Rubén, en la que respondió Benito con una soberbia intervención.

Tras el descanso, el Campillo no cambió su dibujo pero el Repilado dio entrada a Rafa para intentar dar un sentido más ofensivo a su equipo, y así poder sacudirse del dominio local. Pero nada más lejos de la realidad porque el partido continuó siendo de los locales.

A pesar de este dominio fueron los visitantes los primeros en avisar y en el 61', tras botar un córner, el visitante Pérez enganchó una chilena que repelió el palo con Manuel David batido. Este remate fue a la postre el bagaje ofensivo de los adiestrados por Fede.

Por el contrario, el Campillo buscaba el camino del gol ansiosamente sin encontrar el premio. Esto hacía que su fe se minara y en ciertos momentos perdiese los nervios.

A los 76 minutos, José Mari aprovecha una defectuosa salida de Benito para enviar el esférico al travesaño. En el 80', un tiro de su hermano Rubén, tras pase en profundidad de Gero, era sacado bajo palos por Salva. Y por fin, cuatro minutos después (84'), tanto fue el cántaro a la fuente, que se rompió en una nueva colada por banda izquierda de Rubén. Habilita el balón a Emilio, que tras recortar deja el balón a José Mari que fusila y hace justicia en un marcador que se le resistía.

El gol animó a los locales, que, a pesar de restar poco tiempo para la finalización, gozaron de ocasiones para ampliar la ventaja. Con el tiempo cumplido, un disparo de Rubén fue sacado 'in extremis' por los pies de Benito. Y cuando ya todo el mundo pedía la hora (93') una genialidad de Gero hizo que el graderío explotara para festejar el golazo del campillero, que se llevó el balón por habilidad, dando pataditas y al llegar el borde del área soltó un trallazo que hizo inútil la estirada del cancerbero serrano. Gran gol.