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El Atlético gana un duro combate

  • Los de Simeone se imponen a un aguerrido Getafe para seguir la estela del Barcelona

Koke agarra a Diego Costa para que deje de celebrar el gol con los aficionados, antes de ver la segunda amarilla.

Koke agarra a Diego Costa para que deje de celebrar el gol con los aficionados, antes de ver la segunda amarilla. / zipi/ efe

El Atlético de Madrid solventó con triunfo un combate con el Getafe, al que superó primero desde el talento de Griezmann, aprovechado por Correa, y después con la pegada de Diego Costa.

El conjunto de Simeone sólo dudó los primeros diez minutos. Hasta entonces, con unos cuantos acercamientos del Getafe -una vaselina fallida de Ángel Rodríguez y dos remates flojos de Amath-, no había sido capaz de jugar en campo contrario con constancia; desde ese momento sí lo hizo, cuando encontró el desborde que aporta el talento. Es indiscutible en Griezmann. Desde su juego entre líneas, cuando abandonó la posición de partida en la derecha rumbo al centro, con apenas diez minutos jugados, para moverse sin ataduras por cualquier flanco ofensivo, provocó un jeroglífico que tardó en resolver la defensa del Getafe. Para entonces ya iba 1-0.

Protagonista de una ocasión antes, un ejemplo evidente de la liberación que le permite jugar junto a una referencia tan clara en ataque como Diego Costa, enfiló al Atlético hacia el 1-0, con una acción individual en la que sorteó un par de adversarios y regaló la pelota a la entrada de Correa, que definió cruzado con el exterior. Hasta un rato después del gol, en el minuto 18, encadenó fútbol el equipo rojiblanco subido en las asociaciones veloces que proponían Carrasco, Griezmann y Diego Costa, reencontrado con su afición, el momento que había esperado tanto en el último año y medio, con su versión peleona, potente, vertical y trepidante.

Pero el partido, encarrilado por la diferencia que había marcado el talento del Atlético y Griezmann, derivó desde entonces hasta el descanso en un serial de encontronazos, tarjetas -seis desde el minuto 24 hasta el intermedio-; un combate de fricciones interminables y repleto de tensión mientras se apagaba el juego. Ya, entre tantos choques, faltas y protestas, rodeado el árbitro Munuera Montero cada vez que tomaba una decisión que no le gustaba a un equipo o a otro, dentro de un ambiente hostil, no hubo fútbol, nada que apuntara al 2-0 o al empate, apenas un tiro de Ángel que terminó en las manos de Oblak.

Sin embargo, una asistencia de Vrsaljko, desde la banda derecha, la acabó rematando a gol Diego Costa; goleador y expulsado a la vez, por celebrar el gol en la grada en el minuto 67. Pese a ello, los locales controlaron el partido sin apuros para acabar llevándose un justo triunfo.

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