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El Atlético ejerce de favorito

  • El conjunto rojiblanco aprovecha dos fallos graves de los lisboetas para dejar la eliminatoria muy encarrilada

El Atlético de Madrid encarriló el pase a las semifinales de la Liga Europa, aún pendiente del partido de vuelta en Lisboa, con una victoria tan práctica como incontestable frente al Sporting de Portugal.

Hay una premisa esencial en el fútbol, en cada entrenador, en cada equipo y en cada jugador: la tensión. Más aún cuando comienza el partido, cuando se entra en acción. La diferencia entre tenerla o no puede ser determinante, como ayer en sólo 22 segundos, que le dieron para mucho al Atlético, porque empezó a toda velocidad. A su pérdida de balón unos instantes después del saque de centro respondió con presión, sin una sola duda de lo que había preparado en el vestuario, de lo que debía hacer, lanzado a por su rival para encontrarse con un increíble regalo de Coates en un pase que habría sido seguramente mucho más certero con tensión.

Un error, un gol. No suele pasar por alto el conjunto rojiblanco ese tipo de facilidades en un adversario, que dos minutos después recurrió a su portero en un cabezazo de Godín, pero que luego creció con la pelota, con su verticalidad y con sus bandas, con un cabezazo de Bas Dost y una ocasión de Gelson Martins, al que Oblak le adivinó la intención en su cara a cara dentro del área...

Hasta ahí le aguardó el Atlético, que cuando elevó su presión, otra vez, superó de nuevo a su contrincante, que cometió otro fallo definitivo, esta vez de Mathieu, incapaz de interceptar un pase de Saúl que era indiscutiblemente suyo. No controló la pelota. Se le coló por debajo de las piernas. El resto lo hizo Griezmann. Otro error, otro gol. Y otro tanto más de Griezmann, el cuarto en sus últimos cuatro partidos, el undécimo en sus ocho encuentros más recientes o el decimosexto en sus quince últimos duelos con el Atlético, de los que sólo se ha quedado sin batir la portería contraria en cuatro de ellos. El segundo bocado al partido y a la eliminatoria, al límite ya para el conjunto lisboeta. El tercero lo perdonó Diego Costa por dos veces nada más comenzar la segunda mitad, en otros dos horrores defensivos del Sporting, los dos de Coates. Ambos los reparó Rui Patricio, primero al atajar el intento de regate ante él y después al aguantar el tiro sin ángulo que propuso el internacional español.

Con Diego Costa, con Griezmann y con Gameiro ya sobre el césped para más de media hora, tenía la oportunidad de zanjar la eliminatoria para su viaje dentro de una semana a Lisboa. Se quedó en el 2-0, con susto final por la mejor ocasión de su rival, pero con un muy buen resultado, con su novena victoria consecutiva en casa sin un solo gol en contra y con las semifinales más cerca.

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