Con la permanencia casi en el bolsillo, se desliza en el discurso de los albiazules un resquicio para la ilusión. Es legítimo. El Decano ha superado tantos escollos en la presente temporada que se ve ante la posibilidad de poder disfrutar en el último tercio con una tranquilidad inédita. Con 16 jornadas por delante y una renta de 10 puntos sobre el descenso, más las sensaciones que deja el propio el Recre, unidas a las de los que pelean por salvarse, pocos dudas que la permanencia es un trámite al que le falta fecha.

Surge entonces lo que los profesionales suelen denominar "no renunciar a nada", como señalaron estos días Berrocal, Fernando Vega, Pablo Sánchez o Cifu. Todos ellos coinciden en sentenciar cuanto antes el objetivo prioritario para luchar a partir de entonces por lo que la temporada les pueda ofrecer. No es una situación nada extraordinaria para el propio conjunto recreativista.

Sin ir más lejos, la pasada campaña, con lo mal que se dio la primera vuelta, tuvo una bala en el tramo final para meterse en la pelea por la promoción. La desperdició con un empate postrero ante el Rayo Vallecano y con la derrota en Tenerife con un equipo desahuciado.

Es la Liga pasada la que alimenta las ilusiones albiazules. Los antecedentes invitan a pensar en la posibilidad de luchar al menos por algo en el tramo final, lejos de la tierra de nadie en la que caen los que quedan salvados prematuramente pero alejados de otras aspiraciones. El Real Valladolid y el Elche del año anterior se encontraban a estas alturas con los mismos puntos que ostenta actualmente el Recre. Ambos realizaron un tramo final del campeonato impecable y se midieron en la promoción. Los ilicitanos se quedaron a las puertas del ascenso en una competida eliminatoria con el Granada CF.

Ahora el Decano cuenta con el tiempo a su favor. Tiene 48 puntos por delante para recortar esos 8 que tiene de desventaja con el sexto. No irá con las premuras del año pasado, cuando logró la permanencia en el último tramo del campeonato y dispuso de una única oportunidad. El último referente lo marca el Valladolid, que fue sexto el año pasado con 66 puntos. Implica un nivel de exigencia elevadísimo en esta segunda vuelta. Debe mejorar considerablemente sus registros de la primera mitad del ejercicio. De momento ya suma tres puntos

Resulta curioso que este Decano sea el mejor tras el descenso a Segunda División, aunque su técnico no presenta los mejores porcentajes. Los dos años anteriores el equipo albiazul se encontraba peor clasificado a estas alturas de la Liga. Sin embargo, experimentó una reacción final importante, mucho más con Carlos Ríos que con Raúl Agné. Con Javi López en las primeras 14 jornadas hizo 19 puntos, por 38 con Agné en las 28 restantes. Alfaro hizo 4 en 8 encuentros y Ríos sumó 51. Si el conjunto onubense repitiese su primera vuelta lograría 52 puntos. Serían suficientes para lograr la permanencia de forma más que tranquila, pero no para engancharse a ese ilusionante resquicio que se le abre por delante.