Se va Andrés Iniesta y sin él el Barcelona se queda sin el último guardián de una filosofía, el llamado estilo Barça, que parece en vías de extinción. Hace casi tres años se marchó Xavi Hernández y el club azulgrana no pareció tener prisa por buscar a alguien de parecidas características, quizá porque todavía tenía a Iniesta. Pero éste tampoco estará la próxima temporada y el sentimiento de orfandad se apodera ahora de la hinchada más nostálgica, aquella que tanto disfrutó y que en estos días asiste al final de una era.

Porque Iniesta ha sido mucho más que un futbolista. Junto a Xavi, ayudó a definir un estilo imitado en todo el mundo: el Barcelona jugaba muy bien y ganaba. También la selección española, que bajo el mando de ambos jugadores vivió su época más gloriosa, entre 2008 y 2012, cuando ganó sucesivamente dos Eurocopas y un Mundial.

Iniesta llegó al Barcelona con apenas 12 años y en la temporada 2002-03 debutó con el primer equipo de la mano de Louis van Gaal. Tardó en encontrar su sitio como titular y tras brillar con Rijkaard y en la selección la llegada de Josep Guardiola al banquillo azulgrana, en 2008, lo asentó definitivamente como titular indiscutible.

Guardiola era el entrenador ideal para sus condiciones. Al técnico catalán no le importaba la estatura de un futbolista, ni su experiencia, ni sus goles. Sólo le interesaba que jugara bien, que tuviera la pelota, que mostrara un sentido táctico natural. Todo eso lo tenía Iniesta.

Vino una época gloriosa para el Barcelona, también para la selección, pero también llegó la inevitable erosión del tiempo. Y ahora, con su marcha, cabe preguntarse: ¿Tiene Iniesta un sustituto? La respuesta es "no". Al menos a corto plazo.

Obviamente, se trata de un futbolista inimitable, muy característico, pero el club azulgrana no tiene alguien que lo reemplace, que disipe su recuerdo. Igual que ocurrió con Xavi. Durante los últimos años, el Barcelona no incorporó futbolistas de condiciones similares a los que definieron el estilo Barça.

Más allá de sus prestaciones, no lo fueron Ivan Rakitic, Andre Gomes, Paulinho, Denis Suárez y demás. En cambio, vio cómo el Real Madrid se llevaba ese tipo de centrocampista creativo y técnico, como son Luka Modric, Toni Kroos, Isco o incluso Dani Ceballos, la última apuesta de futuro de los blancos.

El Barcelona sigue ganando, por supuesto, y tras lograr la Copa del Rey el pasado sábado ante el Sevilla se apresta a conquistar un nuevo título de Liga. Pero con otro estilo. El recorrido que avanzó Luis Enrique lo continuó y reforzó Ernesto Valverde hasta proponer un Barcelona más pragmático que preciosista. No seduce como antaño, es un hecho, como demuestra la asistencia al Camp Nou, la más baja de la década con una discreta media de 60.000 espectadores.

No hay duda de que hay un amplio sector de la hinchada del Barcelona que añora a aquel equipo de bajitos que enamoraba con su fútbol. E Iniesta era uno de sus pilares y casi el último, aparte Messi, que ha perdurado.

El club azulgrana llegó en marzo a un acuerdo para incorporar al centrocampista brasileño Arthur, de 21 años, para la próxima temporada. La directiva desea que sea un jugador creativo e inspirado. Sueña con que sea parecido a Iniesta, aunque sea ligeramente.