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Dembélé da un triunfo agónico al Barcelona ante el Valladolid (1-0)

Leo Messi lanza contra la barrera del Valladolid.

Leo Messi lanza contra la barrera del Valladolid. / Alberto Estévez, EFE

Un gol de Ousmane Dembélé, en el minuto 90, deshizo el embrollo en el que se metió el Barcelona ante el Valladolid y consiguió una victoria que sitúa al equipo de Ronald Koeman a un solo punto del Atlético de Madrid, que es el líder de La Liga.

Fue un triunfo agónico frente a un rival que jugó desde el minuto 79 con diez futbolistas por la expulsión de Plano, pero más allá de eso refuerza la moral de los azulgrana, que necesitaban ganar, pero no jugaron bien frente a un rival con oficio, que resistió hasta que Dembélé cazó un balón y empalmó a la red cuando el partido moría.

Es el decimonoveno partido consecutivo de los azulgrana sin perder, un equipo que ha conseguido 40 de los últimos 42 puntos y que ha remontado doce puntos al Atlético de Madrid. Por eso ahora el Barcelona, depende de sí mismo para llevarse el campeonato, y el próximo sábado en Valdebebas, frente al Real Madrid, tiene otra buena ocasión para seguir creyendo.

Pero no fue fácil. Al equipo de Koeman se le atragantó el planteamiento de Sergio González. No pudo el Barça desplegarse por las bandas, no dominó el juego, no encontró espacios y no salió del embudo que le plantearon los vallisoletanos.

Se sintieron incómodos los azulgrana, que salieron con todo, también con Messi y de Jong, apercibidos de sanción a pocos días del Clásico en el Bernabéu, pero con un fútbol sin respuestas.

Por contra el Valladolid, que no ganaba en el Camp Nou desde 1997, llegó con doce bajas, pero con las ideas muy claras. De hecho, la primera parte fue de los blanquiovioletas desde la primera ocasión, un remate de Kodro al travesaño en el minuto 9, hasta dos buenas llegadas de Roque Mesa, una en el 24 y otra en el 25.

El Valladolid enredó al Barça en la telaraña central y los azulgrana no tenían espacios y regalaron 45 minutos al rival. Dembélé no era diferencial y por las bandas ni Dest ni Alba podían proyectarse.

Los de Sergio González, más allá de crear peligro, tenían el partido donde les convenía, aunque a partir de la media hora, los azulgrana reaccionaron tímidamente.

De Jong se incrustó más en la media; Dembelé buscó más la espalda de los centrales y el Barcelona tuvo un par de buenas ocasiones. En la primera Messi se encontró con el cuerpo de un defensa tras la dejada del francés (min. 40), en la segunda, Pedri remató al poste de la meta de Masip (min. 46), en la mejor ocasión de los azulgrana en el primer tiempo.

Reaccionó Koeman y jugó de inicio su equipo en la segunda parte con un 4-3-3, en lugar del 3-4-3 del inicio y todo fluyó más. Recuperaba el Barça más rápido, llegaba más fácil y el Valladolid ya no parecía tener tantos recursos para plantar cara, hasta que Lucas Olaza remató al lateral de la red y se abrió la caja de los truenos (min. 57).

Tuvo una doble ocasión el Barça con Dembélé y Griezmann (min. 59), reclamó el Valladolid un penalti por mano de Alba (min. 63) y Koeman volvió a cambiar el dibujo con la entrada de Braithwaite, Araujo y Trincao (min. 63).

El asedio azulgrana fue en aumento en el último cuarto de hora del partido. A diez del final, el Valladolid se quedó con diez por la expulsión de Óscar Plano y el partido fue un monólogo del Barcelona hasta el final.

En el 90, Dembélé, el controvertido francés, salvó a su equipo. Cazó un balón que tocó Araujo y empalmó al palo corto de Masip. Era el 1-0, la victoria, el liderato a un punto, un triunfo para soñar y seguir esperando emociones fuertes de un equipo que parecía desquiciado y que ahora depende de sí mismo para conseguir el doblete.

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