El central Gerard Piqué fue esta vez el protagonista del Barçagate, los papeles que el diario El Mundo está sacando a la luz sobre la época más controvertida de Josep Maria Bartomeu como presidente del Barcelona. Según las revelaciones del periódico madrileño, Piqué firmó un contrato de 142 millones de euros en 2018 para las siguientes cinco temporadas.

La rúbrica del compromiso tuvo lugar meses antes de que acabara su compromiso y entonces estaba aún en un buen momento de su carrera deportiva, aunque no ya en la cresta de la ola. El acuerdo, un mes después de que Messi firmara en el mismo club el mayor de la historia, se fijó en esos 142 millones de euros brutos. El desglose es fácil y Piqué cobraría 28,4 millones brutos por temporada, cantidad que se podía incluso aumentar a través de algunos pluses.

Una verdadera barbaridad para un defensa central, sobre todo si se tiene en cuenta que la edad del futbolista iba aumentando conforme pasaban las temporadas como es lógico y su depreciación tenía que llegar algún día. Posteriormente Piqué firmaría una prolongación del contrato para diferir las cantidades en un acuerdo con el club para eludir los límites salariales de LaLiga y de las diferentes competiciones europeas.

Actualmente Piqué ha dejado de contar para su entrenador, Xavi, y apenas tiene participación en los partidos disputados por el Barcelona en este arranque de temporada, donde es habitual su imagen en el banquillo en la mayoría de los partidos, lo que lo convierte en un contrato estratosférico sin apenas rendimiento en el campo.

Según El Mundo, cuando Piqué se dirigió a Josep Maria Bartomeu para la renovación de su compromiso le indicó que quería convertirse en el central mejor pagado del mundo, por encima del madridista Sergio Ramos, que estaba entonces en 12,5 millones netos. Piqué se situó, según la misma publicación, en torno a los 15.

En octubre de 2020, una semana antes de la dimisión de Bartomeu como presidente, Piqué y otros jugadores de la plantilla azulgrana renegociaron sus condiciones contractuales. La intención fue prorrogar los compromisos para diferir los pagos, algo que con la llegada de Joan Laporta obligó a una renegociación, aunque los futbolistas se negaron en algunos casos a sacrificar más cantidades.

Paralelamente, Piqué también ha sido noticia tras las primeras declaraciones de su ex esposa, Shakira, tras la separación de ambos.