Fútbol

Marruecos y Perú, en España como en casa

Martínez Munuera muestra una tarjeta roja con protesta de Gallese, protagonista en las vísperas.

Martínez Munuera muestra una tarjeta roja con protesta de Gallese, protagonista en las vísperas. / Efe

Los aficionados de Marruecos y Perú convirtieron en una fiesta el encuentro amistoso que enfrentó a ambas selecciones en el estadio Cívitas Metropolitano de Madrid (0-0), ayudando a que ambos conjuntos se sintieran casi como si ejercieran de locales.

En total fueron unas 32.000 personas las presentes en las gradas, aprovechando los seguidores de uno y otro bando la buena oportunidad que suponía poder ver a los conjuntos de su país de origen lejos de éste. En este caso resultó mayoritaria la presencia de peruanos, pese a que también fueron muchos los que se desplazaron hasta el feudo del Atlético de Madrid a animar al cuadro africano.

Que los aficionados venían con ganas de disfrutar y de animar ya pudo comprobarse a las afueras del estadio en la previa, cuando los cánticos se entonaban con euforia y el trasiego de gente era constante. Una vez dentro, se confirmaron esas sensaciones desde el momento en el que ambos conjuntos salieron a calentar.

Lo hizo primero Perú, con los tres porteros a la cabeza. Tanto ellos como el resto de sus compañeros fueron recibidos con una sonora ovación. La misma esperaba a los integrantes del plantel marroquí, quienes saltaron al césped algo más tarde que sus rivales.

Ese apoyo se trasladó a la hora de anunciar las alineaciones por megafonía, con unos y otros recitando los apellidos de los jugadores de sus selecciones. Sobre todos los demás destacaron los vítores a Walid Regragui, seleccionador marroquí y uno de los principales artífices de guiar a su país hasta las semifinales del pasado Mundial de Qatar 2022.

En la primera parte no abundaron los acercamientos, pero con cada uno de ellos se desataba un murmullo de expectativa que no pudo completarse con el grito de gol. Pese a la falta estos, no se aburrieron los asistentes. Incluso se animaron todos los del estadio a hacer una ola en el minuto 25 y a iluminar las gradas con puntos de luz en el 37.

Durante el descanso la música fue el principal entretenimiento, con temas que hicieron guiños a las dos aficiones y con los que estas calentaron motores de cara a una segunda mitad en la que Perú salió más intensa, entre el resonar de los tambores de los suyos en la grada.

Pese a ello, Marruecos volvió a meterse de nuevo en el partido y generó más peligro. No fue, sin embargo, el suficiente como para ganar un partido que terminó con el aplauso sentido de todos los aficionados y un hincha expulsado del estadio por encender una bengala en uno de los fondos.

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