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La familia y otros animales

Hace dos años apareció su nombre entre los cinco finalistas del premio Ribera del Duero, el mejor dotado para libros de relatos en español. Que figurara junto a otros ya consagrados, o en vías de, como los de Edmundo Paz Soldán, Alberto Olmos o Samanta Schweblin (la ganadora final), hacía pensar que el libro de Vera Giaconi (Montevideo, 1974) tenía que estar muy bien. Y, en efecto, lo está (al menos más que el de la ganadora, por ejemplo, cuyo mejor relato era uno añadido a los que formaban el original presentado al premio).

Seres queridos reúne diez relatos que profundizan y amplían los temas y el estilo que ya presentó potentemente esta escritora, de nacimiento uruguayo pero de crianza argentina, en su primer libro, Carne viva (Eterna Cadencia, 2011). Los temas: las relaciones filiales, las fraternales, la aparición de grietas en la personalidad que lindan con la locura, la soledad de la vida contemporánea, la extrañeza frente a los demás y ante uno mismo. El estilo: preciso, elegante, sin florituras pero tampoco cargando la suerte en la frase corta, esa plaga hoy tan en boga (¡cuánto uniformizan los talleres literarios!), tan transparente que no se nota pero consigue encantar al lector sin embelecos.

Hay un no oculto ramalazo fantástico en algún relato (que la aproxima a su compañera de generación, y editorial, Mariana Enríquez), pero donde Vera Giaconi deslumbra es en el tratamiento de situaciones familiares, de la soledad o el extrañamiento de la hija, o la hermana, frente a padres y hermanos. Así en los magistralesDumas o Pirañas y en los notables Survivor, Carne o Reunión (este último recuerda a Tiburón, el mejor relato de su anterior libro). En un pasaje de una de estas piezas dice quien narra que la elegancia es una de las formas invisibles de la sabiduría. Vera Giaconi tiene la elegancia de los buenos autores de relatos. No olviden su nombre.

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