Mandelstam, Antología poética | Crítica

Poeta hacia la muerte

  • Alianza publica una completa muestra de la poesía de Mandelstam, así como de su particular poética, que va de un vanguardismo inicial al trémulo intimismo de sus últimas composiciones, en el destierro siberiano

Òsip Mandelstam en sus años juveniles de vanguardia

Òsip Mandelstam en sus años juveniles de vanguardia

Como el lector no ignora, Ósip Mandelstam fue uno de los millones de hombres que trituró aquella vasta máquinaria de la muerte puesta en marcha por el comunismo soviético. Tras algún intento de suicidio, y mermadas sus facultades mentales, Mandelstam muere en el destierro siberiano -su segundo destierro, tras un primer poema injurioso y exacto contra Josef Stalin-, sin haber cumplido los cincuenta años. A pesar de ello, esta noticia fúnebre y caducifolia cae fuera de la ejecutoria de Mandelstam. La poesía de Mandelstam ha fabulado otro tipo de Rusia, una Rusia filohelena, heredera del Occidente todo, que guarda una estrecha relación con el Modernismo y las primeras vanguardias del XX.

A una vaguardia lúdica y culturalista, la cultura como heredad y como juego, pertenece el Acmeísmo en el que militó Mandelstam

Recordemos que es Verlaine quien hace un uso estético, una valoración artística de la Historia, conceptuada bajo el rubro de cultura. Eso es lo que encontraremos en la Historia cultural de Burckhardt, pero también en la obra de Schowb, de Apollinaire, de Borges, y algo más tarde, de Kavafis y Pound. A esta vaguardia lúdica y culturalista, la cultura como heredad y como juego, pertenece el Acmeísmo en el que militó Mandelstam, y cuya peculiaridad más obvia, como decimos, es esta de imaginar a Rusia (antes lo habían hecho ya los alemanes, durante el XVIII y el XIX), como una vivificación de Grecia. Este grande y honrado porvenirismo es el que se hallará en la primera parte de su poesía: La piedra y Tristia, principalmente. En los llamados Cuadernos de Moscú y los Cuadernos de Vorónezh se recogen, sin embargo, tanto su oposición al totalitarismo soviético, como la afligida merma de libertad en la que se consume el poeta y que no es sino eco de una consución más profunda y más vasta.

En la poesía de Mandelstam, pues, cultura y paisaje son cifra de la libertad del hombre. También el cuerpo vivo del lenguaje. Entonces, el pájaro y el meteoro adquieren, para el poeta, una terrible carga simbólica. Y las palabras se llenan, por igual motivo, de un terco, de un fatigado, de un soberano dramatismo.

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