De libros

El Paraíso a oscuras

Frankenstein o el moderno Prometeo ve la luz el primero de enero de 1818, hace ahora dos siglos, cuando la autora contaba apenas 20 años. Entonces se publicó como una obra de terror, y aun hoy es esa la lectura que se hace de aquel extraordinario relato. Por otra parte, es la propia autora quien cuenta en su Introducción cómo se formuló la idea de aquel monstruo junto al lago Ginebra (era el verano de 1816), a instancias de Lord Byron. Y cómo de aquella petición surgió otro opúsculo de largo influjo, debido a Pollidori: El vampiro. La pregunta, en cualquier caso, es qué tipo de terror se encierra en esta obra augural, trágica y solemne de Shelley: si un terror de naturaleza tecnológica o un profundo escalofrío religioso.

La cita inicial de Milton no deja lugar a dudas: es el hombre preguntándole a Dios por el motivo de sus actos. "Did I solicit thee / From darkness to promote me?". ¿Te pedí yo que me extrajeras de la oscuridad? Esa es la pregunta esencial que atraviesa este libro. Un libro que replica, de algún modo, la aventura del Génesis, pero que adjudica los poderes de la divinidad a la turbulenta sabiduría del hombre. Es decir, el drama de la criatura ideada por Víctor Frankenstein es el mismo que ocupa al Adán veterotestamentario; sólo que este nuevo Adán electro-magnético desconoce la naturaleza y el hecho mismo de su pecado; desconoce la existencia y el motivo de su Caída. Pero también ignora la existencia de otro Paraíso que no sea ese paisaje alpino que se le ofrece y que, no obstante, su creador le niega. Y todo sin que la criatura, brutal, aciaga, desdichada, sepa de las razones que le prometen una felicidad distante y le ofrecen una desdicha cierta.

En última instancia, la modernidad de Frankenstein es aquella que hermana la perplejidad del hombre contemporáneo con el estupor y el infortunio de aquel engendro de laboratorio. Uno y otro, el hombre y la criatura, ahora se hallan huérfanos de cualquier dios. Uno y otro conocerán una nueva soledad, vastísima e inesperada.

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