'El secreto del profesor' / 'Un plan maléfico' | Crítica

Clases de otro planeta

  • Óscar Julve y Jaume Copons crean la colección 'Aventura total', en la que dos niños asisten a travesías interestelares y otras vivencias asombrosas

Óscar Julve y Jaume Copons, con los ejemplares de ‘Un plan maléfico’ y ‘El secreto del profesor’, con que arranca la colección ‘Aventura Total’.

Óscar Julve y Jaume Copons, con los ejemplares de ‘Un plan maléfico’ y ‘El secreto del profesor’, con que arranca la colección ‘Aventura Total’.

Óscar Julve y Jaume Copons son un tándem ganador. Juntos han alcanzado más de un éxito en el ámbito de la literatura juvenil, un género que requiere intuición, esfuerzo y tener la capacidad nada fácil de llegar a un público sincero y elocuente, que no se anda con rodeos, capaz de convertir una obra en un éxito absoluto o en un estrepitoso fracaso de la noche a la mañana. Como prueba fehaciente de que el escritor y el dibujante conocen bien su trabajo podemos señalar los más de 200.000 ejemplares vendidos de las series Agus y los monstruos y Yo, Elvis Riboldi.

Julve es el diseñador de las famosas Trancas y Barrancas del programa El hormiguero y Copons ha sido durante mucho tiempo guionista del recordado programa infantil Barrio Sésamo. Su relación laboral viene de lejos: los dos eran profesores de un colegio hasta que decidieron dar el salto y dedicarse a trabajos creativos. Su experiencia docente puede haberles servido para crear juntos la nueva colección Aventura Total, que tiene como escenario de partida las tranquilas aulas de un colegio. El secreto del profesor y Un plan maléfico son los primero títulos de esta serie de novelas ilustradas destinadas a niños de entre seis y ocho años, aunque tanto la editorial como los autores recomiendan su lectura a lectores de todas las edades.

Los protagonistas de Aventura Total son dos niños como otros cualquiera: Lía, una niña decidida y emprendedora, juguetona y muy miope; y Ulises, un niño precavido, simpático y seguidor incondicional de su compañera. Ambos se sienten frustrados porque en el curso escolar que empiezan juntos no han tenido más remedio que estar en la clase de extraescolares “Aventura total” del maestro Hache, famoso por ser el más aburrido de todo el colegio y prototipo del profesor loco. Cuando se sientan por primera vez en el pupitre de su clase, no saben lo que les espera: emocionantes travesías interestelares, encuentros emocionantes en planetas desconocidos y un sinfín de aventuras que duran lo que el tiempo de la clase por obra y magia de la más alta tecnología.

Con un estilo sencillo, que elude el lucimiento literario en pos de la efectividad del mensaje que se quiere transmitir, los dos primeros títulos de Aventura Total desarrollan dos historias que tienen el mismo punto de inicio. Los dos únicos alumnos de la clase de Hache han descubierto que el profesor esconde una nave espacial en el aula, que está tripulada por un simpático robot. Gracias a la impetuosa Lía, los tres acaban viajando al planeta Eternia, en el que viven animadas peripecias.

El texto y los dibujos huyen de lo complejo: buscan llegar al lector de una forma directa

En el primer episodio, El secreto del profesor, los tres intrépidos tripulantes aterrizan por primera vez en el planeta desconocido y allí descubren algunos sorprendentes animales, como el “querón” –un conejo volador– o los “caucas” –bolas de largas patas, fieros y tiernos a un tiempo–. También se encuentran con los habitantes de esa hermosa tierra, lo erternianos, que lo primero que hacen cuando ven a “los extranjeros” es atraparlos y meterlos en una jaula. En eso se parecen a los habitantes de la Tierra. No hay sorpresa.

En el segundo episodio, Un plan maléfico, las cosas están más relajadas entre los terrícolas y los eternianos. Los dos niños y el robot ya saben que los habitantes de Eternia son buenos y que actúan con desconfianza porque le tienen miedo a la feroz reina Runa, que quiere convertirlos en esclavos, así que vuelven al lejano planeta para ayudar a sus amiguitos. En este nuevo encuentro, se enfrentan con problemas medioambientales que afectan a la salud de los eternianos y que no hay más remedio que resolver. También descubren que la malvada reina guarda un secreto que Lía está dispuesta a desentrañar. Ya se preparan nuevas entregas, que, sin duda, irán desvelando los pormenores del caso.

Escritor y dibujante conocen a la perfección el público al que se dirigen, por eso estas novelitas están estructuradas de manera que capten desde el principio la atención de los niños: capítulos breves que compaginan una parte de texto con otra gráfica a modo de cómic, en la que los personajes dialogan o hacen comentarios sobre lo desvelado en la narración principal. Tanto el texto como los dibujos huyen de complicaciones: el objetivo parece ser llegar al lector de forma franca y directa.

El secreto del profesor y Un plan maléfico son dos historias clásicas de aventuras sazonadas con esos valores indiscutibles que es preciso transmitir a los más pequeños, como la igualdad, el respeto al medio ambiente o la solidaridad. Se echa de menos, sin embargo, un mayor esfuerzo para ofrecer a los niños una propuesta algo más compleja que los ayude a superar retos intelectuales adaptados a su edad y a disfrutar con ello. Quizás ya no sea posible. A los que fuimos jóvenes lectores hace ya mucho tiempo nos cuesta un poco entenderlo.

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