Cómics

La viñeta rota

  • El autor valenciano Paco Roca regresa a las librerías con 'El dibujado', una obra única que demuestra que en el cómic, como medio de expresión, aún queda mucho terreno por explorar

Detalle de la portada del volumen.

Detalle de la portada del volumen.

Afortunadamente, ciertos estigmas que durante mucho tiempo han pesado sobre este medio están empezando a desaparecer. El relacionar siempre al cómic con el lector infantil, un producto dirigido a ellos, o el definirlo como algo friqui está quedando atrás gracias, entre otras causas, a la aparición hace ya unos años de un nuevo formato que, en principio, va dirigido al lector adulto, la novela gráfica.

A los visitantes de las librerías ya no les ruboriza ojear, y comprar, una de estas propuestas que tocan temas de actualidad de todo tipo. Ir por las calles, en el autobús o el metro, leyendo un cómic ya ha dejado de ser algo raro e inusual.

Y obviamente, el cómic como medio está presente, y cada vez más, en multitud de eventos que se celebran a lo largo y ancho de nuestra geografía. No hay punto, por pequeño que sea, que no cuente con sus jornadas, encuentros o salón dedicados al Noveno Arte.

Eso sí, existen lugares en los que el cariño por este medio es mayúsculo. Uno de ellos es Valencia, donde la tradición tebeil no es cosa de dos días. Grandes nombres de la historieta española (e internacional) han surgido de esta tierra.

Como no podía ser de otra manera, allí se entiende que el cómic, como medio de expresión, tiene todo el derecho a compartir espacio en un lugar que hasta hace relativamente poco le estaba totalmente vedado, ya que como decía anteriormente, siempre se le ha mirado de reojo y con desdén por muchos, síntoma éste de un desconocimiento total de la materia.

Durante varios años, el IVAM, Instituto Valenciano de Arte Moderno, abrió sus puertas de par en par para que el cómic se adueñara de sus espacios, dedicándolos a interesantes propuestas expositivas que atrajeron, como no podía ser de otra manera, a todo tipo de público amante de las viñetas. Una de estas muestras, creo que la más especial, fue la ofrecida a Paco Roca.

Pero no, no nos confundamos y pensemos que ésta sería la típica serie de páginas originales enmarcadas que mostraran la singular y exitosa trayectoria de nuestro autor de cómic más internacional (no hay galardón que se le resista, y su nombre ha trascendido al propio medio, convirtiéndose en sinónimo de cultura).

La propuesta era mucho más original, y consistía en ofrecer el espacio expositivo del IVAM para que Paco lo utilizara como página (o lienzo) en blanco, y partiendo de sus paredes, naciera su idea, convirtiéndola en un paseo, un recorrido que llevara al público a través de una singular narración.

El resultado no pudo ser más original, y exitoso. Ocupó en su momento las portadas de todos los medios culturales y sorprendió a propios y extraños. Pero claro, tan sólo un buen puñado de afortunados gozaron de la oportunidad de disfrutar de aquella maravilla en vivo. Así que Paco, como inquieto artista que es, pensó que igual era posible adaptarla al formato libro…

¡Dicho y hecho! En este mes de octubre, de la mano de la editorial Astiberri, llega a las librerías El dibujado, que tan sólo con mirar (y tocar) su troquelada portada ya nos atrapa, debido a la existencia de esa ventana abierta, una viñeta desde la que un curioso personaje al que le falta un brazo, accede al exterior. A ese limbo, espacio en blanco que le rodea.

Y es que al comienzo de este libro, veremos cómo las cuatro líneas rectas que forman una viñeta se han convertido en una prisión para el personaje, que trata de una y mil maneras de huir del lugar, del que tan sólo podrá escapar gracias a una cualidad que le distingue, la creatividad.

Tras esta especie de prólogo, Paco Roca nos presenta a un insomne pintor, y gracias a sus trabajos, a algunas de sus obras, conoceremos más en profundidad el papel del creador y su creación, llegando a conclusiones realmente asombrosas, ya que, ¿quién sabe que otros mundos se esconden al otro lado del papel?

Sin querer avanzar mucho más del contenido de esta obra, os diré que el autor juega, se lo pasa bien, muy bien, y de paso nos demuestra que los límites establecidos dentro del formato se pueden dinamitar (ya veréis cómo) y que nuestro cerebro es totalmente capaz de guiar al ojo a través de las espectaculares páginas en las que seremos testigos de las peripecias de este personaje a través de una estructura narrativa que, visualmente, no tiene nada que ver con la clásica composición de página de un cómic.

La originalidad de la propuesta, su riesgo, creo que la convierten en una de las grandes obras del año, viniendo a demostrar que el continuado éxito no debe ser sinónimo de acomodamiento, más bien una puerta a la auténtica libertad creativa, como demuestra una vez más Paco Roca.

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