La última entrevista de Jorge Grau con este medio

"Aunque queda feo decirlo, en la época de Franco se hacía mejor cine"

  • El cineasta catalán, pionero del cine de terror y del destape en España, participó en febrero de 2010 en el festival granadino Retroback, hoy rebautizado como Granada Paradiso

  • Con motivo de su fallecimiento este miércoles a los 88 años, recuperamos la entrevista que concedió entonces al Grupo Joly

El cineasta Jorge Grau.

El cineasta Jorge Grau.

Se sienta en la sala de prensa y ya ve una película donde el resto ven una maraña de micrófonos y grabadoras. "Es un bosque de monstruos extraños, de seres marcianos al acecho", dice Jorge Grau, poniendo un punto de desasosiego en el ambiente.

El director catalán presenta en el Festival de Cine Clásico Retroback, 24 años después de su estreno, la película Una historia de amor, en la que dos cuñados viven un tórrido romance. "Es un director muy versátil", dice David López, sentado al lado, acompañando a Grau. Y es cierto que el director ha rodado dramas, cine social y, por supuesto, terror. Pero él mismo, en realidad, niega esas palabras, y lo hace recordando una anécdota con su amiga Pilar Miró.

Estaban en una reunión en el despacho de Miró cuando ésta era directora general de RTVE. Grau acababa de estrenar La puñalada y le preguntó a la cineasta su opinión sobre la película. "Es la misma de siempre", respondió Miró. Para el director de Ceremonia sangrienta, No profanar el sueño de los muertos o, en un registro muy distinto, La trastienda, "los especialistas en cine de terror no están acostumbrados a que las historias con un exterior truculento tengan a su vez un interior íntimo que sufre esa truculencia".

Después hace pasar por su diván a los personajes de Una historia de amor, "que viven una situación que les desborda porque son cosas demasiado ciertas, demasiado palpables". Se sienten desconcertados pero "no es la perplejidad del filósofo". Es lo que también busca en el patio de butacas, dice: que se dibuje una interrogante en la cara de los espectadores. "La reflexión tiene que estar en la sala, no en la pantalla", afirma.

A continuación encuadra en una frase la situación del cine actual: "Se busca el entretenimiento por el entretenimiento". Por contra, el cine clásico protagonista del Retroback "es como volver a leer El Quijote". "Antes, el mundo del cine tenía unos ingresos estables y esto permitía a los directores gozar de una libertad absoluta a la hora de dirigir", reflexiona para poner como ejemplos películas como Casablanca o La jungla de asfalto, "películas que nacen de la perplejidad". Y sus directores, Michael Curtiz y John Huston, "gente preocupada sobre todo por comunicar".

La siguiente toma de la charla es una panorámica del cine español contemporáneo. "La gente está anestesiada", dice para sugerir a continuación que contra Franco se filmaba mejor. "Antes, el cine español tenía una vibración que le daba sentido, tanto el cine acomodaticio al servicio del régimen como el experimental que quería remover los cimientos". El primero "estaba hecho por profesionales que conocía la narrativa y la manera de entretener", y los segundos, con Camus o Juan Antonio Bardem, "tenían un sentido". De modo que, concluye Grau, "aunque queda feo decirlo, en la época de Franco se hacía mejor cine". "Y ahora el materialismo histórico ha pasado a ser materialismo pesetario y la gente vive la religión como una fidelidad histórica", lamenta.

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